Para nadie es un secreto que el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, ha apostado todo su capital político rumbo a la gubernatura de Veracruz a un solo gallo: Adán Augusto López. “Si Adán es candidato a la presidencia, Sergio lo será para la gubernatura” es el vaticinio general. Pero si Adán no queda, aun así Sergio podría ser el candidato de Morena.

Va el antecedente.

El sábado anterior las dos corcholatas favoritas del presidente López Obrador se placearon por el sur de la entidad. Claudia Sheinbaum estuvo en Coatzacoalcos y Adán Augusto en Minatitlán y Acayucan.

El gobernador Cuitláhuac García, mandó al diablo las jerarquías e ignoró la presencia del Secretario de Gobierno, el segundo político más poderoso del país. En cambio, puso a los pies de Claudia todo el aparato estatal que incluyó a más de 70 alcaldes y todos los legisladores locales de Morena, que le rindieron tributo a la Jefa de Gobierno. Esto sin contar los más de 7 mil acarreados que la vitorearon en el centro de Coatzacoalcos.

Adán Augusto se tuvo que contentar en Minatitlán con la presencia de las hijas del extinto Cirilo Vázquez, las hermanas Vázquez Saud; la legisladora federal Jéssica Ramírez; el líder de los petroleros Ricardo Aldana que le juntó a 7 mil trabajadores y su fiel amigo Sergio Gutiérrez.

¿Cuitláhuac actuó por su cuenta? No, por supuesto que no. Es evidente que de allá arriba le dijeron que la prioridad es Claudia y que la apoyara con todo, pero también a Rocío Nahle y así lo hizo. Lo que seguro lo puso la mar de feliz porque ambas son sus candidatas.

Para los analistas el mensaje fue muy claro; el presidente ya se decidió por Claudia y por Rocío. Y dejó que Adán Augusto y Sergio naufragaran en la orilla.

Puede que Adán sí, pero Sergio no.

Me explico, lector.

Es un hecho casi consumado que a pesar de ser impopular (porque es impopular la señora) y un fiasco como Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum será la abanderada de Morena a la Primera Magistratura del país, porque es hechura de López Obrador. Es su hija política a la que ha venido moldeando desde hace 20 años.

Con Rocío las cosas son diferentes. Sigue siendo su favorita para Veracruz, pero carga con muchos negativos. No sólo es impopular sino desconocida de Tierra Blanca hacia arriba. La inconclusa refinería de Dos Bocas es su mayor lastre. Un lastre que le echarán en cara sus opositores aún en el hipotético caso de que la deje refinando. La corrupción de sus amigos, familiares y por ahí hasta de ella misma, es otro lastre que le pesará lo mismo que el de Eric Cisneros, traído por ella desde Baja California e impuesto por ella en la secretaría de Gobierno.

De la amplia baraja de aspirantes para Veracruz que podrían quedar en lugar de Rocío y cuyos nombres rondan en la testa presidencial sobresalen cuatro: Ricardo Ahued, alcalde xalapeño; Zenyazen Escobar, secretario de la SEV; el titular de Sedesol Manuel Huerta y José Luis Lima Franco, secretario de Finanzas.

Sergio Gutiérrez no aparece en esa lista, pero…

En efecto, si Adán Augusto es ungido candidato, el legislador minatitleco será en automático la propuesta de Morena al gobierno de Veracruz. En caso contrario, a López Obrador le dolerá mucho decirle a su hermano del alma y paisano que lo siente mucho (lo que será cierto) pero que él no será. Y en confianza le dirá (puedo hasta jurarlo), “pero como siempre estaré en deuda contigo, pídeme lo que quieras”.

Es ahí donde Adán Augusto le planteará: “Déjame escoger a los candidatos para Tabasco y Veracruz”.  Y para este estado, puedes apostar lo que gustes lector, a que Sergio Gutiérrez Luna será su abanderado.

Quizá alguien diga que lo mismo hará con Claudia si no es la candidata y ésta escogerá a Rocío para Veracruz. Pero no.

Si López Obrador le debe mucho a Adán Augusto y a su familia, a la Jefa de Gobierno no le debe nada, al contrario.

Luego entonces, con Claudia jamás tendrá esa deferencia.

bernardogup@hotmail.com

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