Segunda parte

El domingo cinco de elecciones ya pasó, dejó festejos en los campamentos ganadores, frustración y críticas en los derrotados, y muchas dudas con los resultados.

Los éxitos dicho hasta el cansancio tiene padres, las derrotas son huérfanas, nadie quiere cargar con culpas, quizá por ello todos se ostentan
ganadores.

La verdad es que sólo hubo un ganador indiscutible: la abstención.

Veamos, el listado nominal de los ciudadanos con derecho a votar que el Consejo General del INE validó para los estados de Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Hidalgo, Durango y Aguas Calientes, fue de 1 millón 701, 191 mil personas inscritas. De este gran total el 70 % despreció frente a las urnas a partidos y candidatos dejándolos solos con su fiesta.

Una elemental operación matemática nos dice que 8 millones 190, 700 mil ciudadanos con un gesto en el rostro de ‘fuchi caca’ se ocuparon de todo, menos de ir a votar.

Si lo reflexionamos a contrario sensu, poco más de 3 millones y medio de personas desfilaron por las mesas receptoras para elegir a sus autoridades.

Motivados, coptados, comprados o amenazados como usted guste, ahora son responsables más los omisos del comportamiento de sus gobernantes.

Los números no mienten.

¿Entonces, qué partido ganó?

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