Primera parte.
A tres días de que se instalen las mesas receptoras de votos de los ciudadanos que acudirán a emitir su sufragio el próximo domingo cinco de junio para la renovación de gobernadores en los estados de Aguas Calientes, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas y Durango; más treinta alcaldías y veinticinco diputados locales en las dos últimas entidades federativas, el estado de tensión rebaso por mucho las fronteras estatales. El tema electoral va mucho más allá, pasa por Palacio Nacional e inquieta al mismísimo residente mayor de la Casa Blanca.
No existe antecedente parecido a lo que se está viviendo actualmente. La efervescencia y el estado de crispación generalizada hace temer que la fuerza se salga de control, si el principal responsable del orden nacional no deja de atizar la hoguera.
El escenario en que se representó la farsa democrática de las elecciones intermedias del 2021, más que un desagradable sabor de boca, dejó una enseñanza en los partidos políticos, candidatos arrasados y electores coptados mediante la compra de votos y conciencias por escribir lo menos; lo peor y más doloroso que registran los medios, son: amenazas, secuestros, encarcelamientos y ejecuciones de adversarios políticos a manos de sicarios a sueldo.
Las encuestas serias como la que publicó el periódico El Universal, dan posibilidad a Morena de ganar sólo dos estados de los seis en disputa, Quintana Roo y Oaxaca, deben tener al presidente francamente irritado, sin dejar de reconocer que el sureño estado oaxaqueño lo ganará por la influencia de la familia Murat, y nadie más.
¿Será ésta la razón que llevó al presidente a visitar por tercera ocasión a los esforzados trabajadores del Triángulo Dorado?, esos mismos a quienes agradeció por portarse bien en las elecciones del 2021.
Hoy no sólo tiene con las pestañas de punta a partidos opositores y a un electorado que se siente engañado. También están en guardia actores externos que están igualmente dolidos por la afectación de sus intereses. Si usted no lo piensa así, dé una repasada al vídeo que publicó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, en él, la vocera Anne Millgran fué muy clara con todos los líderes extranjeros, “si proteje a los cárteles del crimen, si toman dinero de la droga para su elección, entonces la DEA no se detendrá ante nada para combatir el crimen” (…) El mensaje incluye otra tercia de similares, la formada por Díaz-Canel de Cuba, Hugo Chaves de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua.
Para aclarar dudas si las hubiera, remata la senadora Lily Telles en la última sesión del mes de mayo de la comisión permanente del Congreso de la Unión, con un durísimo señalamiento advirtiendo sobre lo mismo.
Seria ésta la razón de la última visita