Un mes antes del primer brote de COVID-19, tres científicos chinos enfermaron gravemente según un reporte de Inteligencia de EEUU revelado por The Wall Street Journal.

Un año y medio después del inicio de la pandemia, el origen del virus que trastocó el mundo entero sigue siendo un misterio.

Según la OMS (que en febrero de 2021 envió a un grupo de 13 expertos en misión científica a recoger evidencias a Wuhan), el escenario más probable es que el SARS-CoV-2 se transmitió de los murciélagos a un animal hasta ahora desconocido, pero que funcionó como huésped intermediario (las principales sospechas señalan al pangolín, visón o hurón), del cual dio el salto final a nuestra especie.

No obstante, un grupo creciente de expertos sugiere revisar a fondo la teoría considerada más improbable de todas: la que sugiere que el virus pudo haber escapado por error de un laboratorio.

Y aunque el último informe de la OMS calificó esta hipótesis de extremadamente improbable, un informe de inteligencia estadounidense al que The Wall Street Journal tuvo acceso, asegura que al menos tres investigadores que laboraban en el Instituto de Virología de Wuhan en noviembre de 2019 (un mes antes de la aparición del nuevo coronavirus) fueron hospitalizados “con síntomas consistentes tanto con COVID-19 como con enfermedades estacionales”.

COVID-19 laboratorio
Foto: Koki Kataoka / Yomiuri / The Yomiuri Shimbun via AFP

Según The Wall Street Journal, el informe asegura que el Instituto de Virología de Wuhan no ha compartido datos, registros de seguridad o de laboratorio sobre su trabajo realizado previamente estudiando distintos coronavirus en murciélagos, la especie en la que se fincan más sospechas desde el inicio de la pandemia.

Publicada durante la administración Trump, la hoja informativa propiedad del Departamento de Estado se unió a la polémica creciente impulsada por EEUU, que exige avanzar en contrasentido a las recomendaciones de la OMS y seguir investigando la hipótesis del laboratorio como un posible origen del virus.

Unas horas después de que el contenido del informe se hizo noticia, la cancillería china salió a desmentir la teoría de que el virus escapó de un laboratorio, explicando que no existió ningún caso durante noviembre de 2019.

Además, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores negó que existiera caso alguno de COVID-19 en el Instituto antes del 8 de diciembre, la fecha en que según las autoridades chinas, ocurrió el primer caso reportado.

Desde el inicio de la pandemia, distintos países occidentales han acusado a China de mantener el hermetismo sobre los sucesos que marcaron los primeros días del brote de COVID-19 y obstaculizar las investigaciones de la OMS sobre el origen del virus, una actitud que ha servido de combustible para impulsar el renacimiento de la teoría del laboratorio, considerada hasta hace unos meses propia de conspiracionistas e incapaz de resistir un análisis científico.

 

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