Así funcionará ATLAS 2030: el primer exoesqueleto que le permitirá a niños con parálisis cerebral elevar su motricidad y fuerza muscular.

Para los niños que nacían con parálisis cerebral, las posibilidades de independencia motriz son realmente reducidas. Ya que sus músculos no cuentan con la fuerza suficiente para acompañar el movimiento de los huesos, dependen de dispositivos exógenos para poder trasladarse. El desarrollo de un nuevo exoesqueleto llegó para cambiar esta posibilidad.

Primeros pasos hacia recuperar la motricidad

El exoesqueleto fue nombrado ATLAS 2030. Se trata de un desarrollo robótico español diseñado para ayudar a niños que padecen de atrofia muscular, espinal y parálisis cerebral a poder caminar. Tras ser aprobado por la Agencia del Medicamento y el Producto Sanitario, su distribución comercial en hospitales de todo el mundo será una realidad.

Esta tecnología pediátrica recibió el distintivo CE: una especie de pasaporte que da la garantía de funcionamiento que proporciona la Unión Europea. De esta forma, podrá pasar de los laboratorios de prueba a los ensayos clínicos y, eventualmente, a los centros de rehabilitación.

En principio, el exoesqueleto ayudará a los niños que han sufrido afectaciones musculares decantadas de la parálisis cerebral. Fue desarrollado por investigadora del Centro de Automática y Robótica (CAR) Elena García Armada, cofundadora de la empresa Marsi Bionics.

exoesqueleto

El éxito del ATLAS 2030 está en que cuenta con 10 articulaciones robóticas, que interpretan la intención de movimiento del paciente en rehabilitación. Además, lo logra hacer de una manera no invasiva, y responde a los pasos que quiera dar la persona que lo esté utilizando.

De la misma manera, este desarrollo permite trabajar de manera pasiva, generando un patrón de marca especial para cada persona. Así, de acuerdo con los expertos encargados del diseño, la terapia muscular se da de manera integral y lúdica, para que el niño y sus familiares se sientan más motivados con el progreso.

A través de los ensayos clínicos, el ATLAS 2030 demostró la capacidad de retrasar las complicaciones asociadas a la atrofia muscular espinal, así como a la parálisis cerebral. Después de años de investigación, el producto finalmente será comercializable en todo el mundo.

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