A 32 años de la última misión, NASA volverá a Venus con el fin de revelar los misterios que guarda su densa atmósfera, entre ellos la posibilidad de vida extraterrestre.

Después del espaldarazo que la agencia espacial recibió de la administración Biden a finales de mayo, con un plan presupuestario que contempla 24 mil 800 millones de dólares (6 % más que en el año fiscal anterior), NASA anunció este 2 de junio la puesta en marcha de dos misiones que tienen como objetivo aumentar la comprensión sobre la formación y atmósfera de Venus, el planeta más caliente del Sistema Solar y el más cercano a la Tierra.

DAVINCI+ y VERITAS: el regreso de NASA a Venus

Eclipsado por la atención mediática generada por Marte en lo que va del siglo, Venus ha sido un mundo relativamente ignorado por la agencia espacial en las últimas tres décadas. Cubierto por una densa atmósfera que provoca un efecto invernadero perpetuo, este mundo rocoso ha fincado sospechas de albergar vida extraterrestre desde el último tercio del siglo pasado.

Carl Sagan fue el primero en señalar a las nubes de Venus como uno de los sitios más prometedores del Sistema Solar en la búsqueda de vida extraterrestre. En ‘Life In the Clouds of Venus’, un estudio publicado en 1967, el autor de ‘Cosmos’ (1980) especuló que a partir de la composición bioquímica de las nubes venusinas, sería posible la existencia de formas de vida sencillas flotando sobre ellas.

NASA Venus
Foto: Bill Ingalls/NASA via Getty Images

En septiembre de 2020, un polémico estudio determinó la presencia de fosfina, un gas biomarcador que en la Tierra es provocado por microorganismos que viven en ambientes libres de oxígeno en las nubes de Venus.

Y aunque un mes más tarde tres estudios independientes fueron incapaces de detectar la presencia del gas, la nueva apuesta de NASA estará financiada por 500 millones de dólares para cada una de las dos misiones presentadas, que se lanzarán en el periodo que va de 2028 a 2030:

La misión DAVINCI+ (Investigación de Venus en atmósfera profunda de gases nobles, química e imágenes, por sus siglas en inglés) se encargará de medir la composición de la atmósfera de Venus, con la intención de “entender cómo se formó y evolucionó, además de determinar si el planeta alguna vez tuvo un océano”. 

Según NASA, se trata de una esfera que se internará en su atmósfera para medir los gases nobles y otros elementos presentes en ella, mismos que provocan que sea 90 veces más densa que la terrestre e impenetrable a la vista. 

La segunda misión anunciada es VERITAS (Emisividad, Radiociencia, InSAR, Topografía y Espectroscopia de Venus, por sus siglas en inglés), que complementará la labor atmosférica de DAVINCI+ al “evaluar la historia geológica del planeta y comprender por qué se desarrolló de manera tan diferente a la Tierra”.

Venus
Foto: Getty Images

VERITAS tratará de seguir la labor de Magallanes a partir de reconstrucciones 3D de la topografía del planeta, para arrojar una respuesta definitiva sobre el vulcanismo y una hipotética tectónica de placas en Venus.

La primera sonda que alcanzó el segundo planeta respecto al Sol y transmitió datos desde su órbita fue Mariner 2, al sobrevolar Venus en diciembre de 1962; mientras que la última misión de la agencia que exploró este mundo fue Magallanes, desde 1990 hasta 1994.

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