Vamos a suponer que Yasmín Esquivel Mossa no plagió la tesis con la que obtuvo su título de licenciada en Derecho. Vamos a suponer que el plagiario fue Édgar Ulises Báez que fotocopió la tesis de la entonces estudiante de la FES-Aragón para presentarla como propia.

Vamos a suponer que Guillermo Sheridan mintió sobre el plagio por el simple hecho de aparecer en los medios nacionales e internacionales. Y que Latinus se sumó con gusto a la mentira con tal de subir aún más su rating.

Supongamos que todo fue una perversa confabulación de los conservadores, un linchamiento mediático con el fin de ensuciar la imagen de una de las ministras más probas, honestas, éticas, justas e independientes que ha tenido la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su historia.

Agreguemos que a esta perversidad se sumaron decenas y decenas de columnistas y articulistas sin más argumentos que su perfidia y vileza para denostar, denigrar y calumniar a una mujer íntegra y honorable.

Ahora, supongamos que a pesar de los argumentos que con anterioridad expresaron su contra, tanto la FES-Aragón como la UNAM reculan y resuelvan que siempre no hubo plagio. Que Yasmín fue víctima de un complot orquestado por un oscuro abogado al que se sumaron Sheridan, Loret, Silva Herzog, Denisse Dresser, Rafael Cardona, Carmen Aristegui, Carlos Marín, López Dóriga, Sergio Sarmiento, Raymundo Riva Palacio, barras de abogados, maestros universitarios e incluso personas como tu y yo, lector.

Vamos a suponer que todos le piden perdón por haberla vilipendiado de manera tan soez.

Y vamos a suponer que del fondo del pestilente pantano en que se encuentra sumida, Yasmín sale nívea, inocente y sin mácula.

Ni así la va a librar la señora.

Mientras viva cargará con el estigma de ser una plagiaria y donde se pare la señalarán por ese hecho. Será la comidilla de cuchicheos, murmullos y siseos viperinos: “Miren, aquella es Yasmín Esquivel, la plagiaria”.

Y eso lo tendrá que aguantar en un súper, en el cine, el teatro, en un parque; en una reunión con abogados, en una fiestecita de 15 años, en un concierto o en un velorio. Tendrá que soportar las miradas inquisitivas de los automovilistas en un alto, de las señoras en el salón de belleza o incluso cuando la estilista vaya a su casa. “Qué crees mana, a que ni te imaginas a quién le arreglé el pelo, a Yasmín Esquivel, la plagiaria”.

En el 2123 cuando todos los que vivimos en este planeta estemos bien muertos se le seguirá recordado por lo mismo. “¿Yasmín Esquivel? Ah sí, fue aquella ministra que hace más de cien años plagió una tesis”.

Le hubiera sido más fácil o menos difícil, aceptar su culpa, decir que cometió “un error de juventud” y renunciar a su cargo de ministra. Quizá a estas horas (un mes después de que estalló el escándalo) la raza de bronce comenzaría a olvidar su desliz.

Ah pero no, cómo… “Mi tesis es un trabajo original y auténtico”, las acusaciones son “mentiras y difamaciones”, producto de una “campaña perversa que pretende incidir en la opinión pública”.

¿Renunciar? Uta no, están locos. “De ninguna manera, no tengo nada de qué avergonzarme”.

Yasmín ha llegado al punto en que no le queda de otra que seguir mintiendo y vivir con su mentira. Aunque le hayan demostrado y le vuelvan a demostrar que mintió, aunque la corran de la SCJN ella seguirá en lo suyo, sosteniendo que no es una plagiaria. Ya no para convencer a los demás, sino para seguirse convenciendo a sí misma.

Pobre mujer, como que comienza a causar pena ajena.

 

Zenyazen Escobar en Washington

El titular de la SEV, Zenyazen Escobar, está en Washington participando en la primera edición del Programa de Alta Gerencia Educativa, que tiene lugar en la Universidad de Georgetown. Ahí afirmó que aprovechará al máximo esta oportunidad para reforzar sus conocimientos y seguir trabajando en beneficio de la comunidad educativa.

Escobar García compartió experiencias con ministros, secretarios, dirigentes y representantes de la educación en América Latina, así como con personal administrativo y académico de la Universidad sede al participar en los temas “Políticas en los países en desarrollo. Estrategias de bajo costo para superar obstáculos y mejorar los resultados educativos” y “Toma de decisiones en educación basada en evidencia”.

También participó en mesas de trabajo y compartió los resultados que se han tenido en Veracruz, como parte de la transformación que se vive en México, para concluir con una convivencia en la Riggs Library de la casa de estudios.

De forma especial, el funcionario veracruzano agradeció la invitación que le hizo la Fundación iNatura para estar presente en ese evento, el cual se desarrolla mediante un programa impulsado por la Fundación Varkey.

Zenyazen puntualizó que aprovechará al máximo cada minuto de su estancia de tres días en Washington (comenzó el miércoles y termina hoy viernes), porque es la comunidad educativa la que lo impulsa a avanzar para buscar resultados que reditúen en logros académicos.

bernardogup@hotmail.com

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