El pasado y presente de mi país me interesan e involucran en su devenir político. El domingo pasado, 26 de febrero, 2023, asistí a la marcha-concentración en apoyo al INE y viví la agradable sensación de unión de un pueblo con un objetivo común, se percibió en el ambiente de optimismo, alegría, confianza en nuestros semejantes, ciudadanos que aman la liberad y la verdadera democracia, las calles parecían en día de fiesta.

“La democracia, parte toral de la filosofía de la política es el gobierno del pueblo que por voluntad general legítima ha elegido un gobernante por consenso mayoritario. Morir por la libertad y la verdad, es la democracia” (Sócrates, Atenas 470 a.C.- ib., 399 a.C.).

Sócrates y sus preclaros alumnos Platón y Aristóteles fueron unos convencidos de que la democracia honesta es la base de la paz y progreso de los pueblos.

“Una mala percepción es que la democracia moderna muestra una historia de declinación y derrumbe” (Timothy Snider, “Sobre la tiranía” 2017, (Ed. Galaxia Gutenberg. Barcelona).

En mi país, en esta actualidad convulsa que vivimos, he estado pendiente desde la primera “Conferencia de prensa” de las mañanas del ejecutivo federal, escuchando sus declaraciones, sus respuestas a los comentarios y opiniones respecto a él, de expertos en economía y relaciones diplomáticas nacionales e internacionales y de gente común.

La primera “conferencia de prensa” la ofreció el 03 de diciembre de 2018 y el 28 de febrero de este año 2023, completará 1047 eventos de esa índole.

El presidente dijo el día de su debut en esta larga serie de presentaciones mañaneras que era “un ejercicio de comunicación inédito” y ha resultado ser un estrado donde confronta sin piedad a sus opositores y hace propaganda a su régimen sin cesar, polarizando a los “buenos”, sus partidarios, contra “los malos”, que son sus oponentes, así sean académicos, científicos o humildes padres de familia de niños con cáncer y sin medicinas.

Recientemente el periodista veracruzano Alejandro Aguirre publicó palabras de López Obrador, “No me iría por ninguna manifestación y ni con revocación de mandato porque no la voy a perder ya tengo armado todo, sientan un poquito lo que pasé en mis muchas manifestaciones; la diferencia es que llegué para quedarme o, en su defecto, para dejar a una persona a la que pueda aconsejar desde mi retiro en mi rancho en Palenque”.

Al escuchar sus alocuciones me vienen a la mente un sinnúmero de conceptos célebres y me hacen reflexionar profundamente, “Cuando los hombres son puros, las leyes no funcionan, cuando son corruptos, las rompen” (Benjamín Disraelí primer ministro inglés, 1804-1867), frase popularizada por Winston Churchill en 1945.

El líder común autoritario, convertido en gobernante, “actúa en tiempos de calma ante un pueblo permisivo al que gobierna a su antojo, sin una valiente resistencia, cuando algún sector se manifiesta en desacuerdo con su forma de gobernar suele incomodarse y mantiene su política de permanecer en el poder alcanzando cualquier recurso que se lo permita, olvidando que su elección fue para escuchar al pueblo sin manipularlo, es líder de ocasión basado en el pasado sin entender el presente, incapaz para prepararse para el futuro”, (Adrián Ureña, escritor panameño contemporáneo).

En cambio el estadista es un cabal líder surgido en tiempos difíciles capaz de cambiar el camino de un país en beneficio de la cohesión ciudadana, siempre con la visión de bienestar del pueblo como un todo, sin distinción de clases, capaz de unir las masas, más no confrontarlas, para que todos junto a él conduzcan al país a un destino promisorio, no se siente un mesías, sino un humano común con preparación académica visible, encontrado por el pueblo en el momento preciso y en el camino de esperanza.

“El estadista procursor (protector que realiza), emprende iniciativas para ofrecer seguridad al pueblo en situaciones extremas como huracanes, terremotos, pandemias, vandalismo masivo, conserva y respeta las diversas formas de vida como cultura, credo y tradiciones arraigadas sin invadir centros de culto y devoción” (Fabrizio Reyes Luca. Latin Press, 18 08,2019).

Esta literatura, entre otras guardadas en mi carpeta, hacen reflexionar ante lo sufrido en esta época difícil de política desastrosa en salud, debacle económica y descontento social, analizarlas con mesura ilumina el pensamiento.

“Los populistas venden su patriotismo y valores de su país a cambio de ganancias propias”, Ángela Merkel.

“Cuando un pueblo comprende que las leyes que le imponen son injustas y agreden su dignidad, habrá dado un gran paso que lo llevará a ser invencible ante cualquier tiranía” Mahatma Gandhi.

En México debemos valorar, con conocimiento de los conceptos elementales de la filosofía del poder, si tenemos como gobernantes a un líder común, populista extremista autoritario, o a un estadista democrático y mesurado, conduciendo durante un tiempo que él respetará, los destinos del país.

Cuestionamiento en que todos los mexicanos deberíamos estar meditando.

Le invito a leer el artículo “Filosofía y realidad del poder político”, en el número de Acrópolis, del 23 de agosto de 2021, aprenderá algo sustancial de esta disciplina y, si ya lo sabe, estará de acuerdo conmigo.

hsilva_mendoza@hotmail.com

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