La noche del miércoles fueron masacradas siete personas en la comunidad de Sierra de Agua municipio de Perote. Y ya sabrás lector, no fue propiamente una masacre sino un ajuste de cuentas entre grupos criminales por la venta de droga. Tampoco fue producto de la violencia que se vive en la entidad, fue un hecho aislado porque en Veracruz los homicidios han bajado un 34 por ciento.

¿Quién dijo tamaña barbaridad? Pues el señor gobernador Cuitláhuac García, quién más.

En lo que va de esta malhadada administración se han perpetrado ocho masacres, pero eso sí, han sido “aisladas” ya que mientras unas ocurrieron en el sur, otras se cometieron en el norte y en la zona centro del territorio veracruzano.

Las masacres y los feminicidios han colocado al gobierno de Cuitláhuac como el más violento en relación a sus antecesores Miguel Ángel Yunes, Javier Duarte y Fidel Herrera. También han sido asesinados ocho periodistas y en este sentido Cuitláhuac va en segundo lugar, sólo debajo de Duarte en cuyo sexenio asesinaron a 18.

El problema es que aparte de la violencia, Veracruz padece a un gobernador que trata de minimizarla en lugar de enfrentarla y todo lo quiere arreglar con el sobado y relamido discurso: “Estamos investigando, vamos a dar con los responsables. Es un hecho aislado”.

Aislada está su capacidad para resolver los graves problemas de la entidad; aislada su falta de autoridad para combatir a los criminales y aislada su falta de vergüenza para reconocer que le ha fallado a los veracruzanos.

Al igual que su jefe el presidente es incapaz de aceptar la responsabilidad que le corresponde en el renglón de la inseguridad, pero los periodistas (uno de sus blancos predilectos) lo sacan del apuro. “El ‘amarillismo’ (de medios y comunicadores) siempre prevalece en estos casos y cuando resolvemos el asunto ya no dicen nada”.

¿Es amarillismo dar a conocer ocho masacres y ocho periodistas asesinados? ¿Es amarillismo denunciar uno a uno los feminicidios ocurridos en su gobierno? ¿Es amarillismo revirarle con pruebas que la violencia no ha decrecido un 34 por ciento como asegura? ¿Es amarillismo denunciar los actos de corrupción de servidores públicos, la falta de medicamentos en los hospitales que ha ocasionado, entre otras desgracias, que los niños con cáncer se sigan muriendo? ¿Es amarillismo dar a conocer que la pobreza y la pobreza extrema se han disparado en los últimos cuatro años y medio?

Sí, de acuerdo con el gobernador. Y de ahí no lo van a sacar porque el librito de la 4T dice bien claro: “Jamás aceptes tus culpas; responsabiliza a otros de tu incapacidad, indolencia y sobre todo de tus tarugadas”.

Por lo pronto hay siete masacrados más en Veracruz, ah… y dos detenidos por su presunta participación en los hechos.

Nuevamente fue el señor gobernador quien la hizo de vocero de la Fiscalía al dar a conocer en sus redes la detención de estos sujetos, que de seguro se sentaron a esperar pacientemente a los agentes ministeriales después de haber cometido su crimen.

Tras asegurar que la línea de investigación puede ser el narcomenudeo porque la casa donde se cometió la masacre era un punto de venta de droga ya que se encontraron básculas, bolsas para distribuir cristal, una mochila y varios celulares “que podrían haber sido robados” (fíjate nomás lector, qué deducciones las de nuestro Sherlock Holmes veracruzano), Cuitláhuac dijo que los detenidos ya están a disposición de las autoridades “porque en Veracruz no hay impunidad”.

Futa, dan ganas de enmarcar esta frase con letras de lodo y pegarlas en la pared del estercolero de la historia.

Señalan a Jorge Miguel Uscanga de liderar jugosa red de corrupción

A los muchos hechos de corrupción y desaseo administrativo que se han ventilado en el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, hay que agregar uno que está reventando en la Subsecretaría de Educación Media Superior y Superior de Veracruz donde despacha Jorge Miguel Uscanga Villalba.

Nos cuentan que a través de una funcionaria menor que responde al nombre de Claudia Hernández Gutiérrez, Uscanga Villalba exige cuotas a los Tecnológicos y hasta opera una red de aviadores, esos que el Secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, limpió del bienio de Miguel Ángel Yunes Linares.

Empoderada, con derecho de picaporte y sin escrúpulos, Claudia Hernández buscó afectar al director del Tecnológico de Coatzacoalcos, Bulmaro Salazar, porque no se alineó a los intereses de su jefe Jorge Miguel Uscanga y lo mismo hizo con Miguel Linares, director del Tec de Alvarado y Antonio Alemán Chang, de la misma institución en Perote.

A los que no se someten a su voluntad, Claudia los malinforma y grilla para que terminen por correrlos.

Entre sus aliadas para cometer estas tropelías están Ingrid Alarcón, directora de Planeación del Tec de Perote y Nallely Yisel Alarcón, quien ostenta el estratégico puesto de Administradora en la Dirección General de Educación Tecnológica, desde donde instruye a los directores y administradores de los Tecnológicos y Universidades para la contratación de empresas, algunas propiedad de Jorge Miguel Uscanga y otras propiedad de amigos de la propia Claudia Hernández.

Nos dicen que esto es sólo la punta del iceberg de la ingente corrupción que priva en esa dependencia y algo se tiene que hacer.

¿Sabrán de lo anterior el gobernador Cuitláhuac García y el titular de la SEV, Zenyazen Escobar?

bernardogup@hotmail.com

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