Para escribir, solo hay que tener algo que decir, y decirlo. Oscar Wilde.

Es lamentable la endeble disposición de la comunidad mexicana para leer, cuando mencionamos un libro en alguna reunión familiar, incidental o profesional, el resultado es el mismo, nadie sabe algo de libro alguno, clásico o actual, científico o elemental. Triste realidad de la cultura nacional.

Mi padre, ferrocarrilero de los años cincuenta del siglo pasado, sin instrucción más allá de la brindada por la vida solía decirme: “leer un libro enriquece la conciencia y abre la razón”, sentencia convertida en sino de conducta que reditúa placer, es agradable leer en horas robadas a la actividad cotidiana haciendo anotaciones y comentarios en los márgenes de las páginas, disfrutando de un respiro relajante.

El gusto de leer brinda el disfrute de conocer y entender a “personas e ideas”, desde un cómodo aposento. Al escuchar algunos tópicos nos parecen cosa de otro mundo, sin embargo están entre nosotros y las páginas de un libro nos hacen descubrirlas, aderezando nuestro diario devenir abriendo el espíritu al nuevo conocimiento.

Escritores consagrados han rebasado la facultad promedio de expresar con genio literario lo que desean comunicar, William Shakespeare (1564-1616), Miguel de Cervantes Saavedra (1574-1616), Gabriel García Márquez (1927-2014). En nuestro país hemos tenido plumas brillantes, Octavio Paz (1914-1998), Juan Rulfo (1917-1986), Carlos Fuentes,  José Emilio Pacheco, Fernando del Paso y numerosos más dignos de reconocimiento universal.

Dedicaré unas líneas al escritor mexicano de hoy, Enrique Krauze Kleinbort, politólogo, editor, historiador, ensayista, colaborador de Octavio Paz en la revista “Vuelta”, actualmente director de la revista “Letras libres”, de las mejores no solo de México sino de América Latina y quizá del mundo por la presentación impecable de sus artículos, desprendidos de la pluma de respetables escritores y la fineza de las páginas publicitarias.

“Letras libres” condensa artículos interesantes, por ejemplo, una portada de edición no lejana tiene el rostro de Donald Trump con bigote hitleriano formado con letras que dicen “Fascista americano”. En sus páginas leemos textos con profundo análisis de la personalidad del expresidente de los Estados Unidos, a quien define como fascista temible, racista obsesivo, misógino y aristócrata arrogante, es el “hombre que a sus simpatizante, que tienen graves frustraciones e infelicidad por el desequilibrio social de su sociedad, les da la oportunidad de expresarse con violencia racista supremacista”.

El   “antimexicanismo” de Donald Trump “es reciente, adoptado por mercadotecnia política perversa, como presidente, el señor Trump fue un escalón que pudo haber llevado a los estadounidenses al desastre social y financiero”. Y la realidad nos alcanzó.

Don Enrique Krauze es autor de libros de elevado análisis político, social y liberal, veamos.

En “La biografía del poder” (1997) desarrolla un brillante análisis de la personalidad y desempeño de los caudillos revolucionarios de México, mezcla de mesiánicos, anarquistas, espiritistas, reformistas y patriarcas (1910 a 1940), “México, país desgarrado ante una cultura tradicional, indígena, católica, española y apremiante vocación de modernidad”.

“Presidencia imperial de México” (1997) es “la historia política de nuestro país es una proyección de la biografía de sus gobernantes”, un retrato psicológico de nueve presidentes del país, de Manuel Ávila Camacho a Carlos Salinas de Gortari, revelador

Con Octavio Paz charla acerca del neoliberlismo, autoritarismo, el socialismo y su evolución en el mundo, mirada inquisitiva a América Latina y a las dictaduras que la han asolado e intentan proseguir.

En “Personas e ideas” (2016), Krauze revela conversaciones de historia y literatura, con insignes pensadores, Octavio Paz, Miguel León Portilla, Isaiah Berlín (politólogo lituano), Mario Vargas Llosa, Luis González y González (erudito del presidencialismo mexicano). En la obra, manifiesta gusto y reflexiones de “hablar con personas de ideas”, libro deleitoso.

Reveladores e impresionantes por la certeza de sus apreciaciones y conceptos, son “El mesías tropical” (2006) y “Crítica al poder presidencial” (2021), de los más recientes libros de don Enrique Krauze. Los mexicanos no debemos ignorar su producción literaria contundente, revela nuestra realidad y preconiza el devenir de nuestro país.

Hoy hemos platicado de Enrique Krauze, mañana podrá ser con José Luis Borges, Mario Bendetti, Fernando del Paso, Dante Alhighieri, John Milton y algunos más, cuyos célebres nombres ha leído usted en este texto. Como puede ver tenemos “escritores de donde escoger”, de todas las épocas. Usted dirá.

El mundo literario está nutrido por obra de autores clásicos del renacimiento, siglos posteriores y de la colonia española, encontrar obras de estas épocas es difícil pero existe bibliografía contemporánea cuyos autores son especialistas en la literatura medieval… José Manuel Díaz de Bustamante de la Universidad Santiago de Compostela, España; Caterina Moldeglia, Universidad de Trento, Italia.

De literatura novo hispana, como Emilio Abreu, Armando Pereira, Artemio del Valle Arizpe, la producción literaria de todos ellos es accesible actualmente, impresa y virtual. Podemos continuar a través de nuestra centuria con los premios Nobel de literatura en la historia del mundo, otra página ejemplar de cultura, que emancipa al ser humano de las arbitrariedades que comete en su lucha por el poder.

Para disfrutar estas lecturas solo tenemos que buscarlas y leerlas, esto enriquecerá nuestra educación y abrirá nuestra conciencia social. Con lectura selectiva, los mexicanos podremos cambiar el rumbo de nuestro amado país.

hsilva_mendoza@hotmail.com

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