Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró 2020 produciendo los niveles más bajos de gasolinas de los últimos 28 años y con un sistema de refinación con problemas agudos como los que presentó el primer año de esta administración.
De acuerdo con la Base de Datos Institucional de Pemex, su reporte Indicadores Petroleros a diciembre pasado y estadísticas de la Secretaría de Energía (Sener), desde 1992 el Sistema Nacional de Refinación (SNR) no había aportado niveles de producción tan bajos como los de 2020.
En 1992 la petrolera estatal producía 66.72 mil barriles diarios, pero un año después el sistema despegó y ya aportaba 417.46 mil barriles diarios en promedio, incluyendo los únicos dos tipos de combustible que comercializaba, Magna Sin y Nova.
Con ese volumen, en 1993 la empresa cubría 85% de la demanda nacional de gasolinas.
Sin embargo, el año pasado el SNR —conformado por las refinerías de Cadereyta, Minatitlán, Salina Cruz, Tula, Madero y Salamanca— produjo en promedio 185.6 mil barriles diarios, volumen con el cual apenas pudo abastecer 32.4% de la demanda nacional; el resto se importó.
Los recortes presupuestales afectaron la operación de las refinerías. Para 2020 se le asignaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación 58.2 mil millones de pesos, nivel que aumentó a 69.5 mil millones de pesos.
No obstante, al cierre del tercer trimestre del año pasado Pemex TRI había ejercido sólo 47.9% de esos recursos.
En el año, procesaron 598.3 mil barriles de crudo al día, nivel casi similar al de 2019 y la capacidad instalada utilizada promedió 38%, lejos de la meta de 50%. Además, buena parte del problema se debe a la baja disponibilidad de crudo para procesar.