En Florida, Estados Unidos, se hizo realidad lo que planteó en 2004 la película “Un día sin mexicanos”, cientos de inmigrantes optaron por ausentarse de sus trabajos, ello en protesta por la nueva ley estatal promulgada por el gobernador y aspirante presidencial republicano, Ron DeSantis.

Obras de construcción y campos de cultivo se vieron vacíos, mientras que restaurantes, tiendas, farmacias y pequeñas empresas cerraron. A la par, en Immokalee se realizó una marcha que congregó a unas 7 mil personas, causando sorpresa, pues es la más grande que se ha visto en ese pueblo.

Esta legislación que entrará en vigor el 1° de julio impone restricciones para los inmigrantes sin papeles, que incluyen retirarles los servicios sociales, mientras que aumenta los requerimientos para los establecimientos con más de 25 empleados para el uso de E-Verify, un sistema federal que determina si alguien puede trabajar legalmente en el país.

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