Por David Marín Cruz

El sábado pasado, un volcán en Islandia hizo erupción por cuarta vez en tres meses. La erupción abrió una fisura de unos 3 kilómetros de largo entre las montañas Stóra-Skógfell y Hagafell en la península de Reykjanes.

La actividad sísmica había aumentado en las semanas previas, indicando una posible erupción. Cientos de personas fueron evacuadas del balneario de Laguna Azul, y algunas áreas fueron evacuadas nuevamente.

Aunque no hubo interrupciones en los vuelos en el aeropuerto de Keflavik, la erupción plantea preocupaciones en una región familiarizada con los eventos volcánicos.

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