Una sola dosis, 100 % efectiva y aplicable en casa: así es la vacuna nasal que está a punto de probarse en humanos en Australia.

Aunque la primera vacuna contra COVID-19 se aplicó hace casi 5 meses, aún queda un largo camino por recorrer para lograr la inmunidad de rebaño en todo el mundo. Al reparto inequitativo de vacunas entre los países ricos (que acaparan más dosis de las que pueden aplicar a la población) y las naciones que ni siquiera han inmunizado al personal de salud, se suman las dificultades logísticas para lograr vacunar a la mayor cantidad posible de personas en tiempo récord.

Este escenario demuestra que con excepción de Israel y los Estados Unidos, ningún país alcanzará la inmunidad de rebaño en el resto de 2021 y apenas unos cuantos lo harán en los tres años siguientes. No obstante, el desarrollo de la siguiente generación de vacunas COVID-19 podría acelerar este proceso radicalmente.

Así es la vacuna nasal que protege contra COVID-19

vacuna nasal

Según la Organización Mundial de la Salud, al momento se desarrollan cinco tipos de vacuna nasal contra COVID-19 en todo el mundo. La mayoría funcionan con un vector de adenovirus modificado genéticamente, que provoca una respuesta inmune capaz de neutralizar al SARS-CoV-2 y evitar su replicación e infección.

A finales de abril de 2021, la compañía australiana Avance Clinical inició los trámites para obtener los permisos necesarios que le permitan iniciar con los ensayos clínicos de fase 1 en humanos de una vacuna nasal desarrollada por la farmacéutica estadounidense Tetherex Pharmaceuticals Corporation.

Un ‘jaque’ a COVID-19 y sus variantes

La mayor diferencia entre las vacunas intramusculares y el desarrollo de una vacuna nasal está en la capacidad de las segundas para romper la cadena de contagios y evitar la transmisión del virus: 

“Con un rocío en la nariz, las vacunas nasales viajarían a través del tracto respiratorio superior, alentando al cuerpo a producir anticuerpos protectores allí. Si tienen éxito, esta respuesta inmune neutralizaría el virus en su camino antes de enfermar a una persona, y aseguraría que ningún virus vivo escape cuando exhale, tosa o estornude”, explica Smithsonian Magazine al respecto.

Y aunque todas las vacunas de COVID-19 desarrolladas hasta el momento tienen una capacidad cercana al 100 % para evitar la enfermedad grave que causa hospitalización y la muerte, aún no está del todo claro si logran bloquear por completo la transmisión del virus.

vacuna nasal
Vacuna nasal contra AH1N1. Foto: Mario Tama/Getty Images

De ahí la importancia de crear una vacuna nasal efectiva contra COVID-19: si el virus es incapaz de penetrar la mucosa, no sólo será imposible que se replique y provoque enfermedad, también se cierran las puertas para causar infección y por lo tanto, se corta la cadena de contagio de golpe.

Si la cadena de contagio se detiene, entonces las posibilidades del virus de mutar en nuevas variantes disminuyen dramáticamente.

Una vez que los ensayos clínicos en humanos se autoricen, se llevarán a cabo de junio a septiembre, con más de mil adultos mayores de 18 a 55 años y deberán seguir el mismo proceso para probar su seguridad y eficacia que las otras inoculaciones desarrolladas hasta el momento. No obstante, si las pruebas determinan su viabilidad, la segunda generación de vacunas contra COVID-19 podrían poner en ‘jaque’ al nuevo coronavirus.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *