Autoridades medioambientales se presentaron en la casa del futbolista brasileño Neymar por haber realizado diversas obras en su domicilio, mismas que poseían irregularidades que orillaron a que estas fueran canceladas, prohibiéndole al deportista hacer uso del lago.
El incumplimiento de los lineamientos sumaron un total de de 16 millones de reales, lo cuales equivalen a un total de 3,3 millones de dólares o 3 millones de euros por haber intentado construir un lago artificial en el jardín de su residencia.