Toda ciudad tiene personajes que la aman, generalmente son artistas del paisaje o la pluma y ensalzan las bellezas de esa población, con frecuencia su obra no llega a ser trascendente como mereciera, sin embargo todos ellos dejan evidencias de su arte y cariño por su terruño. Muchas personas han plasmado con letra en papel, un lienzo, foto o imagen, la huella que Xalapa dejó en sus sentimientos.
He vuelto a leer dos libros que me obsequió el distinguido jurisconsulto xalapeño Ignacio González Rebolledo, “Del Xalapa secular” y “Xalapa, joyel de México”. El autor fue español de Extremadura, don Juan Sánchez Miguel, escritor, poeta y amante de lo bello, quien se enamoró de Xalapa en el momento que pisó su tierra por primera vez en 1939, para convertirse en xalapeño y jamás abandonarla.
En ambos libros se disfruta la vena poética de don Juan, con prosa sencilla describe la Xalapa de mitad del siglo veinte, lo hace con cariño y admiración, como lo hizo con la provincia de Cáceres, su tierra natal.
En “Del Xalapa secular” nos deleita al referirse a la mujer xalapeña, “está modelada por Dios con armonía de terracota”, poético homenaje a nuestras féminas hermosas. Narra emotivo la paciente espera de los vendedores de trastos de barro en el mercado, aludiendo imagen del artesano montaraz en su diario batallar los días de plaza en el mercado Jáuregui, desaparecido en trágico incendio de 1952.
La prosa de “Nocturno”, es canto a Xalapa con rasgos de copla española, escrita como si fuese dedicada a una mujer hermosa, en cada párrafo hace un homenaje a la gente cotidiana, a las “callejuelas con ventanales de bronce mohoso”, a los “góticos vitrales de la vieja catedral” e incluso a un limosnero que imploraba a las puertas de la venerable iglesia.
Don Juan Sánchez Miguel, juglar y trovador, cantó con prosa a la Xalapa hermosa de la mitad del siglo pasado que tantos recuerdos nos dejó.
En Xalapa, joyel de México, publicado al año siguiente de su muerte, empieza el autor con una dedicatoria que refleja su cariño por esta “ciudad apacible y bella”, “a ti Xalapa, quien te vive, nunca te olvida”.
Cuando en la serenidad de la noche nos sumergimos en las páginas de este libro, compartimos con su autor la añoranza de aquella Xalapa de nuestra juventud. El señor Sánchez Miguel habla de la ciudad con una lírica exacerbada por su amor a esta población montañesa, el mérito sustancial de la obra lo sostiene la poesía que le inspira su nostálgica evocación del pasado xalapeño.
Xalapa, joyel de México es una descripción elocuente de calles y edificios, ilustrada con dibujos trazados con tinta, contemplamos los barrios clásicos de Xallitic y Roa Bárcenas, la catedral vista desde Revolución, el callejón de Jesús te ampare y casonas coloniales que por desgracia se han perdido bajo los golpes de “la piqueta del progreso”.
Juan Sánchez Miguel irrumpe en las costumbres campiranas históricas, desde la orígenes hasta la Xalapa que conoció a su llegada al huir de la sangrienta guerra civil española.
“Xalapa traza sus vericuetos, pero nunca anuncia a dónde van, cada calleja es un rumbo, pero jamás un horizonte”.
“Xalapa, explosión de luz en la mañana, polvo de oro al mediar la tarde y lluvia de nácar con rumor de enamorados tras las rejas del amor en su noche nacarada”.
Casi al final, el autor escribió: “Xalapa emocional, eco de provincia pura por cuyos remansos se pierde el tañer del corazón”. Una mañana de marzo de 1975, su corazón perdió sorpresivamente ese “tañer”, en una callejuela sin horizonte de su Xalapa secular.
Don Juan Sánchez Miguel nació en Extremadura y murió en Xalapa, poca gente sabe quién fue, su obra literaria es por pocos conocida, nuestra ciudad le ha honrado dando su nombre a una calle de la colonia Ensueño.
Don Juan amó a nuestra ciudad, quienes lo hemos leído y compartimos su xalapeño amor lo recordamos ¡con xalapeño afecto!
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