Por Ivanna Martínez Bigurra

05 de octubre de 2024. Xalapa, Ver.- A lo largo de los años, los productores veracruzanos de naranja y limón han tenido que lidiar con plagas nocivas y destructivas que se han propagado sin control y que han terminado por devastar miles de hectáreas.

Aún así la entidad sigue siendo el principal productor de naranja, pues de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) proveemos el 51.6% de esta fruta. Incluso, Álamo llegó a ser el municipio con mayor producción en todo México, y el segundo en el mundo.

Las huellas que dejan estos plagas son: árboles secos, hojas manchadas, frutos de forma irregular y sin sabor, por mencionar tan solo algunas.

Por orden de aparición, la más antigua en la región es el “Secapalo”, una planta parásita que a pesar de no ser exclusiva de los cítricos, es una enfermedad que afecta a los árboles. Los pájaros se comen la flor del secapalo y defecan en los árboles, esparciendo en las ramas, impregnándose en ellas y echando una raíz dentro de la misma. Es una enfermedad parásita que absorbe los nutrientes de la planta enredándose de manera que sus guías invaden todo el árbol, siendo difícil su extracción y termina por dañar los árboles hasta la muerte.

La araña roja es un ácaro que perjudica tanto la hoja como el fruto. Cuando el ataque es muy severo, las hojas se ponen de tonos ligeramente amarillos, ya que raspa fuertemente la parte inferior de la hoja (envés). Aunque la lesión mayor la lleva el fruto, tanto naranjas como limones, pues lastima la corteza de la fruta, afectando su venta.

Al afectar la calidad exterior, deja de servir para la exportación y el mercado nacional, transformándose en limón de tercera, pasando de 40 pesos el kilo a tan solo 3 pesos el kilo; por lo que es muy importante aplicar productos acaricidas comerciales, azufre y aceites, ya que es relativamente fácil controlar esta plaga.

El Arador, también conocido como “negrilla”, al igual que la araña roja, es un ácaro. Destruye principalmente la corteza de los frutos, sobre todo en la naranja. Su ataque consiste en raspar la corteza, permitiendo que salgan los aceites esenciales de las células de la corteza del fruto; al exponer dichos aceites a la luz solar se oxidan, dejando un daño en la cáscara de la fruta, castigándolo también fuertemente en el precio.

Minador, este microlepidóptero estropea la hoja de los cítricos. Cuando el árbol comienza a retoñar después de un periodo de estrés (falta de agua o frío), llega el adulto del minador y coloca sus huevecillos dentro de la hoja.

Al paso de los días, en las hojas ya se pueden apreciar que hay galerías en su interior, es decir, la larva eclosionada que comienza a alimentarse dentro de la hoja y ahí vive; conforme va comiendo por dentro, la hoja se deforma y no alcanza el tamaño correcto; el ataque más severo es al 80% de la hoja, reduciendo el crecimiento de los árboles de forma significativa, en especial a los nuevos o jóvenes.

La plaga más reciente es el Huanglongbing (HLB) o más conocido como el dragón amarillo, nombre que se le puso por los asiáticos, ya que al ver manchas amarillas en los árboles lo compararon con la forma de un dragón abrazando a un árbol. Su agente causal es una bacteria que se aloja en los haces vasculares y los taponea, impidiendo el buen funcionamiento de los árboles, ya que obstruye el movimiento de alimentos dentro del ejemplar, provocando las manchas amarillas.

El que transmite la enfermedad del dragón amarillo es el microlepidóptero con forma de mariposa, brincando a las hojas nuevas y pone sus huevecillos amarillos, el adulto se llama Diaforina Citri, depositando los huevecillos hasta eclosionar, llamadas ninfas, son aplanadas y con ojos rojos, las cuales se alimentan de los retoños y transmiten la enfermedad, entrando al retoño, viaja por el haz de las hojas y llega hasta los tallos de las plantas y provoca la obstaculización de nutrientes y se pone color amarillo.

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