1- El guion revolucionario de Mankiewicz

Uno de las grandes interrogantes de la historia del cine es cuánto Mankiewicz tuvo que ver con la edición final de “Ciudadano Kane” y cuánto participó Welles en el guion original del primero.

Cualquiera que haya sido la influencia de uno sobre el otro, la película propuso una de las estructuras dramáticas más revolucionarias que había conocido la historia del cine hasta ese entonces.

“Ciudadano Kane” se centra de la vida de Charles Foster Kane (interpretado por O. Welles), un magnate de la prensa que tiene una enorme riqueza e influencia, pero que no alcanza el cargo político ni el amor que ansía.

 

2- La subversión de los géneros cinematográficos

La película presentó un juego con los géneros cinematográficos que no se había visto hasta entonces y que a través de los años, la ha vuelto casi inclasificable.

En un inicio, algunos la definieron como un “drama de misterio”, pero agrupar todos los géneros que engloba resulta complicado.

La trama comienza con los acordes pesimistas de un tema de Bernard Herrmann. Se observa la silueta irregular de un castillo en la cima de una colina con niebla. Estamos en territorio de terror gótico; el castillo bien podría ser propiedad del Conde Drácula.

Luego nos deslizamos hacia el castillo a través de un montaje extraño: una tormenta de nieve, una bola de nieve, la boca de Kane mientras exhala su última palabra, “Rosebud”.

Dos minutos después, la película ya no es un filme de terror, sino un experimento surrealista digno de Dalí y Buñuel.

3- Una revolución en la técnica del cine

En 1946, un historiador del cine francés, Georges Sadoul, calificó a “Ciudadano Kane como” “una enciclopedia de técnicas antiguas ” y, aunque trataba de rebajar la importancia de la película, dio con una de las claves que le han permitido trascender en el tiempo.

Y es que la hazaña de contar una historia tan compleja se vio acompañada de un propósito igual de desproporcionado: jugar con la cámaras, las luces, los enfoques, en definitiva con las reglas que habían marcado hasta ese entonces las leyes rígidas de la cinematografía hollywoodense.

 

4- El genio creador y la juventud de Orson Welles

Quizás una de las razones por las que la película es tan vibrante es que su propio director también estaba aprendiendo a hacer cine.

Su primera película fue un intento de revolucionar la dirección de la misma forma que ya había tratado de hacer en la radio durante su estancia en Nueva York, sobre todo con su adaptación de “La guerra de los mundos”.

Pero si ya era una estrella del teatro y la radio, Welles no tenía mucha idea de las técnicas del cine.

Se dice que una asistente llamada Miriam Geiger tuvo que hacerle un manual de las diferentes lentes y tomas que podría probar.

Llegó a Hollywood con la promesa de que podría hacer la película que quisiera, sin interferencias, algo que hoy en día sería impensable.

Sin embargo, pronto quedó cautivado por las posibilidades que ofrecía el cine como medio y las utilizó todas en “Ciudadano Kane”.

Un estudio de cine, bromeó, era “el tren eléctrico más grande que jamás haya tenido un niño”.

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