Los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, enviaron una carta emitida la noche del 3 de mayo a la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en donde explican ellos no son los responsables de distribuir fentanilo en territorio estadounidense, pues no se encuentra en sus planes o intereses ser líderes de alguna organización criminal, por lo cual se deslindaron de cualquier actividad criminal llevada a cabo por el Cártel de Sinaloa.
Dentro de sus declaraciones acotaron que muchas veces existen grupos pequeños y grandes con bases de operación en la región, quienes muchas veces ocupan el nombre de la agrupación para trabajar con total impunidad, a la par que se hacen de reconocimiento internacional al publicitarse como miembros de “Los Chapitos”.
Sin embargo, han sido documentos expedidos por la Corte del Distrito Sur de Nueva York en donde se expone que las medidas de trabajo y transporte han sido perfeccionadas durante el mandato de los hijos del narcotraficante, pues desde el 2014 se reconoció a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo y Joaquín Guzmán López como responsables de ser jefes de seguridad y comandante de los sicarios, coordinadores en la recepción de fentanilo y responsables del tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, señalados de igual forma como participantes en actos de tortura tras al alimentar a un tigre con sus víctimas quienes aún seguían con vida, acto que de igual forma negaron los presuntos culpables en su escrito.
Finalmente los hermanos reconocieron la presencia de fentanilo en Sinaloa, sin embargo afirmaron que es solo cuestión de mandar agentes para librase sospechas y conocer a fondo lo que ocurre realmente, pues han ahora son víctimas de una persecución en la que se volvieron chivos expiatorios.