Con firme convicción de no contestar a quienes incomode mi opinión, que es solo mía, y que de antemano les ofrezco mi respeto sincero, me permito expresar mi pensamiento con profunda desazón.
El 10 de febrero 2022, el presidente de la república mexicana al “inaugurar” el aeropuerto internacional Felipe Ángeles en Santa Lucía (AIFA) en Santa Lucía dijo que “la construcción es un fenómeno de ingeniería civil, una obra de las más importantes del mundo, solo en China puede haber una obra así”, cuanta ingenuidad ¿o cinismo y mitomanía? Se necesita ser ignorante de lo que sucede en el mundo, de no tener idea de cómo son los verdaderos aeropuertos fenómenos, como el de Changi en Singapur, el de Donegal en Irlanda del Norte, el Hamad de la ciudad de Doha en Katar y varios más.
Solo ignorándolo pudieron considerar obra de las más importantes del mundo a esa enorme placa de concreto semi ocupada por locales destiertos, en el que las turbinas de los aviones levantaron nubarrones de tierra, rodeado de un lodazal, con una torre de control remosada que data de 1952. Hoy a mas de dos años de “inaugurado” ese aeropuerto no ha sido capaz de recibir a una solo de las modernas aeronaves trans continentales que actualmente cursan el espacio aereo como los Airbus a380-800 de Singapur aerolines, con cupo de 800 pasajeros o los 787-9 Dreamliner de Aero México con capacidad de 274 viajantes.
¿Estará el aeropuerto de Santa Lucía en condiciones de recibir esas enormes naves algún día?, cuestionamiento que hoy no tienen respuesta, parece que el presidente no se lo ha preguntado a sí mismo, por ello no se ha contestado.
Y la refinería Olmeca de Dos Bocas, Tabasco, hoy después de cuatro años, aún continúa en construcción y no se ve para cuándo estará terminada. Ha consumido un presupuesto de 14 mil millones de dólares, habiendo sido el inicial, de 8 mil y actualmente debe calcularse el costo de la infraestructura, que aún no se ha determinado. Todo un desastre financiero, en una obra arcaica que se construye en plena era del auge de la energía eólica.
Como mexicano orgulloso, me da profunda tristeza que el presidente, que debería ser un estadista con proyección al mundo, intente engañar al pueblo mexicano con montajes como esa pretendida “inauguración,” del AIFA y una refinería del pasado que incrementa su costo logarítmicamente.
El ya célebre Tren Maya ha creado expectativa mundial por su alto costo, cambios frecuentes en su planeación y la desforestación que causa en ese paraíso mexicano que es el sureste lujurioso y verde.
En medios internacionales se ha mencionado que detrás de la inversión para la construcción del tren, se encuentra el empresario titular de Black Rock, Larry Fink el magnate de la construcción de armas de guerra de muy alta tecnología surtidos a la potencia hegemónica que financia las guerras de Arabia Saudita, en Yemen.
“El Observatorio de desforestación neta cero” ha publicado en el periódico El Economista, que de 2008 a 2030, se habrán deforestado entre 9,786 hectáreas por año a 12,189 hectáreas por año, por la construcción del tren maya.
Con los antecedentes del AIFA y Dos Bocas, esperamos otra “sorpresa sorprendente” con este tren producto de caprichos.
El presidente de mi amado país se convierte en blanco de las críticas internacionales como las que ya hemos visto de España y Francia, que causan pena, coraje y vergüenza.
El presidente necesita salir del país, en cuatro años sólo ha ido dos veces a EEUU., obligado por circusntancias y cumpliendo necesidad política.
Los datos que doy en este documento puede verlos en internet, es fácil. Omito dar referencias bibliográficas específicas porque son multitud y en ellas la información se repite en parte o en mucho.
López Obrador debe visitar otros países, interactuar con sus líderes, lo que al parecer no le interesa, debería contar con colaboradores eruditos en política internacional, consejeros con prudencia y sapiencia y nombrar secretarios de estado a expertos a quienes preste atención y respete, ubicándolos en áreas que dominen y no a neófitos a los que designa como tales solo porque le son leales, agacha testas y aplaudidores, pero nada de eso va con él y solo él toma decisiones, que ejecuta sobre quien sea.
Mis respetos a la investidura del señor presidente, mi crítica ciudadana tajante a sus colaboradores que se cobijan bajo su sombra y no son capaces de sugerir lo conducente al mandatario. Con estas cosas y muchas más por el estilo, ¿hacia dónde nos lleva la Morena?
hsilva_mendoza@hotmail.com