La última polémica a propósito de los objetos voladores no identificados (OVNI) corrió a cargo de Barack Obama. En entrevista para The Late Late Show with James Corden, el expresidente de los Estados Unidos expresó su opinión sobre lo que el Pentágono llama fenómenos aéreos no identificados.
“Hay imágenes y registros de objetos en el cielo que no sabemos exactamente qué son. No podemos explicar cómo se mueven, su trayectoria. No tengo más qué reportar hasta hoy”.
El tema OVNI alcanzó un punto máximo de notoriedad en la época de los 90 de la mano de charlatanes, conspiracionistas e historias de ciencia ficción que especulaban con la posibilidad de que nuestro mundo sea visitado de forma recurrente por extraterrestres.
Y aunque hoy sabemos que la ufología no debe ser tomada muy en serio, pues carece de cualquier credencial para ser tomada en cuenta como una vía real para obtener respuestas a propósito de la vida en otros mundos, los videos de supuestos avistamientos captados por la Marina estadounidense a partir de la revelación del Pentágono de su programa UAPTF (Grupo de Trabajo de Fenómenos Aéreos No Identificados, por sus siglas en inglés) en 2017, han reavivado la conversación al respecto.
Las declaraciones del expresidente de los Estados Unidos sirven de prólogo antes de que en los primeros días de junio, el Departamento de Defensa presente un informe oficial con más reportes desclasificados sobre los fenómenos aéreos no identificados en el Congreso estadounidense.
Como cualquier otra pseudociencia, la ufología (la supuesta disciplina que estudia el fenómeno OVNI) carece de argumentos suficientes y de un objeto de estudio específico para ser tomada en serio.
Las evidencias más comunes de los ufólogos, reducidas a videos, fotografías y testimonios, no aportan pruebas sólidas o fenómenos comprobables que permitan realizar una investigación a partir del método científico.
De ahí que la astrobiología sea el camino más seguro cuando se trata de explorar las posibilidades de vida extraterrestre a partir de la ciencia, que cada vez reúne más evidencias sobre las formas en las que surge la vida más allá de nuestro planeta.
Mientras tanto, la ufología vive una segunda época dorada de la mano de conspiracionistas que continúan empecinados en creer que el gobierno estadounidense oculta información sobre vida extraterrestre desde hace décadas.