Un nuevo medicamento ataca directamente a los tumores generando porosidades que los desintegran poco a poco.
Un equipo de científicos de la Universidad de Zúrich encontró una solución alternativa para que el tratamiento de terapias contra el cáncer sea menos agresivo con los pacientes enfermos. A partir de la modificación del adenovirus, que ataca al sistema respiratorio, se configuró en un “caballo de Troya” que ataca a las células tumorales.
Un ataque directo a los tumores cancerígenos
La modificación genética del adenovirus mostró ser efectiva para atacar directamente a las células que devienen en tumores malignos. Este método, en contraste con la quimioterapia o la radioterapia, no termina con las células sanas, sino que las deja vivir normalmente.
Por el contrario, permite que este “caballo de Troya” tenga un objetivo específico: las células tumorales cancerosas. Una vez que ingresan a ellas, los genes modificados sirven como un modelo que los anticuerpos pueden imitar, y así, el avance de la enfermedad puede frenarse de raíz, sin atacar demás partes del organismo que funcionan correctamente.
La estrategia se basa en que el adenovirus penetra sigilosamente al sistema inmune humano, sin que sea detectado por los glóbulos blancos. De esta forma, según los expertos que condujeron el estudio, “las propias células cancerosas […] actúan para eliminar los tumores de adentro hacia afuera“.
Un nuevo acercamiento a la terapia contra el cáncer
Una vez que se engaña al tumor, éste poco a poco se elimina a sí mismo “mediante la producción de agentes anticancerígenos por sus propias células”, dice la becaria postdoctoral Sheena Smith, quien dirigió el desarrollo del enfoque de administración. Así, se puede evitar que se extiendan por el torrente sanguíneo, dañando a otros tejidos y órganos que sí están sanos.
Los científicos involucrados produjeron un fármaco que produce el mismo efecto en los tumores cancerosos. Previamente probado en la mama de un ratón, este medicamento se inyecta directamente. Por medio de visualizaciones en 3D, pudieron apreciar cómo actuaba generando porosidades en los tumores, desintegrándolo poco a poco.
Este comportamiento permite que esta terapia contra el cáncer sea mucho menos invasiva para el organismo. Al destruir exclusivamente las células tumorales, no es necesario que el resto del cuerpo padezca los efectos secundarios de la quimioterapia o de otras alternativas más agresivas.