Tom Brady firmó con los Buccaneers para convertirse en el primer jugador en disputar el Super Bowl en su estadio.
Casi 10 meses después, lo logró y volvió a hacer historia en la NFL. En un muy apretado partido, Tampa Bay derrotó 31-26 a los Packers de Green Bay, en el Lambeau Field, para amarrar el campeonato de la Conferencia Nacional, primero para el veterano quarterback, nueve veces ganador en la Americana.
El Super Bowl LV se disputará en el Raymond James Stadium, la casa de los Buccaneers, pionero en conseguir esta muy complicada hazaña. Para Brady, será su décima aparición en febrero.
Cuando el californiano dejó Nueva Inglaterra, se cuestionó si iba a tener la capacidad, porque ya no tenía a Bill Belichick como su entrenador, pero Bruce Arians y una fuerte ofensiva fueron servibles para olvidar a los Patriots de Nueva Inglaterra.
Pero no fue una participación limpia, Tom acertó 20 de los 36 lanzamientos de mandó para 280 yardas, tres anotaciones y la misma cantidad de intercepciones.
Para Aaron Rodgers (346 yardas, tres anotaciones y una intercepción), su cuarta derrota en la final de la NFC.
El QB de Green Bay no aprovechó su localía, el frío de su casa y se fue, una vez más, con manos vacías.
Brady y los Buccaneers arrancaron potentes, presionaron a Rodgers y estuvieron acertados en la zona de anotación.
Tampa Bay acumuló tres touchdowns y frenó a los Packers a apenas 10 puntos, una dura presión para Matt LaFleur, entrenador de los de verde y amarillo. De nada sirvió una pérdida de ovoide para arrancar el tercer cuarto y que extendió la ventaja.
Para la segunda parte, la defensiva empacadora ajustó y mejoró mucho, tanto que interceptó tres veces a Brady, pero por cada error del veterano quarterback, su homólogo, Rodgers, no pudo capitalizar las oportunidades.
Cuando los Packers recortaron distancias a cinco puntos –tras estar abajo por 18–, los Bucs sacaron su orgullo y le hicieron imposible la labor al pasador de Green Bay.
Todavía con sus equivocaciones, Brady se las ingenió para colocar a su equipo en zona de gol de campo (31-23, 4:42 minutos por jugar) y obligar a los locales de ir por la anotación y la conversión de dos puntos para igualar los cartones.
Lo más que pudo conseguir Rodgers fue un gol de campo –conservadora y polémica decisión de LaFleur–, con la confianza de que su defensiva lograra detener a Tampa Bay y tener una última oportunidad.
No fue así.
Los Buccaneers volverán al Super Bowl, a disputarse el 7 de febrero, por primera vez desde el 2003.