Esta vez vamos a concluir la serie de reflexiones dedicadas a nuestra persona y en esta ocasión hablaremos de cómo podremos superarnos a nosotros mismos; después de amarnos, perdonarnos y comprometernos con nosotros mismos, debemos tratar de ser mejores cada día, cada mes, cada año. Muchos nos proponemos propósitos de año nuevo, pero en el transcurso del año, no llegamos a cumplirnos por un sin número de razones, pero esta vez, te animo a que pienses en que el propósito más importante debe ser el de superarte a ti mismo, de ser una mejor versión de ti mismo cada año, de no ponerte como meta superar a otras personas, por el contrario, hay que superarte a ti mismo.

Un ejercicio muy útil para sentar un precedente en el avance de nuestras metas e inclusive para reconocer la evolución de nuestra vida, es el de echar un vistazo hacia el pasado, para darnos cuenta en donde estábamos parados hace algunos años, y en dónde estamos ubicados hoy, ¿Y por qué digo que es muy útil éste ejercicio? Porque frecuentemente las circunstancias que vivimos en el presente, no son las más idóneas para el cumplimiento de metas y sueños, lo que ocasiona que decaiga nuestro ánimo, bajando nuestra autoestima, sentirnos frustrados de una manera tan poderosa que en ocasiones terminamos por desistir de seguir trabajando por alcanzarlos.

Pero es muy interesante ver en retrospectiva hacia nuestra vida, y darnos cuenta de que al correr de los años hemos logrado muchas cosas buenas, positivas, que tal vez no fueron fáciles, pero con la perseverancia, la constancia y la ayuda de Dios, pudimos lograrlas; aprovecho para compartirles, que en mi caso, hace muchos años luche con la adicción al alcohol, y gracias a un pacto con Dios, a su misericordia y a la fortaleza que me Él me da, éste 2 de mayo he cumplido 14 años de mantenerme sobrio. Y gracias a éste cambio en mi vida, he podido lograr otras cosas muy importantes y significativas como el hecho de cumplir en 3 meses más aproximadamente, 7 años de ser columnista, y poder compartir con todos ustedes el enorme privilegio de servir a Dios a través de los artículos. ¡A Dios sea la gloria!

Otra cosa que nos puede afectar en el crecimiento personal es porque muchas veces estamos estancados sin poder crecer, avanzar, desarrollarnos, porque vivimos a la sombra de algún mal comentario que hicieron respecto a nosotros; Que no podremos hacerlo, que no somos talentosos, que no tenemos la capacidad. O talvez, estamos viviendo con temor al fracaso, sin poder intentar alcanzar nuestros sueños, metas o propósitos y no somos capaces de desarrollar nuestro potencial por desconfiar de nosotros mismos.

Y si en algún momento te has sentido agobiado, agotado, exhausto, decepcionado, desencantado de la vida, de tus sueños frustrados, proyectos truncados, porque no tuviste el valor para seguir adelante, o no pudiste vislumbrar que algún día podrías retomar ese proyecto, y terminarías por hacerlo, con mucho sacrificio, con mucho esmero, pero con más amor y pasión. Yo te animo, te exhorto, casi te exijo, que nunca abandones tus sueños, tus anhelos, tómate un respiro, un descanso para replantear y regresa a trabajar, a construir. Persiste, se diligente, esfuérzate y se valiente como dice la Biblia en el primer capítulo de Josué.

La mejor manera en la que podemos seguir creciendo es recordando todo el tiempo que Dios tiene planes maravillosos para cada uno de nosotros, que Él tiene control de nuestra vida y que todo estará bien, inclusive mejor de lo que podamos ver o creer, y es Dios quien no los dice en su palabra en el libro de Jeremías: 29:11: “Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ustedes, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal para darles el fin que esperan”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *