Inicia un nuevo año gracias a Dios, y con ello vienen nuevos retos, metas, proyectos, propósitos para todos; es el momento justo para cobrar fuerzas y empezar con todas las ganas, energía, buenas vibras y sobre todo con la mayor fe posible de que éste año será el mejor de nuestras vidas, y claro que tiene que ser así, porque lo haremos con la plena confianza en Dios, con la convicción de que Él está de nuestro lado y actúa en todo momento a nuestro favor, aunque haya momentos en que tengamos duda, temor o incertidumbre ante las circunstancias, debemos mantenernos firmes en sus promesas, sus cuidados y su infinito amor.

En primer lugar quiero animarte a retomar aquellos proyectos que se han quedado anclados, truncados, pausados por situaciones adversas o causas ajenas a nuestra voluntad como lo fue el paso de la pandemia generada por el COVID-19 en 2020 y 2021, que puso freno a muchísimas cosas en el mundo entero, afectando los planes de muchas personas, obligándonos a hacer una pausa, pero que ahora deben ser retomados con mayor esfuerzo y renovados bríos, ante la oportunidad que nos da la vida de seguir adelante, con la mirada puesta en el fin, en la meta;  aprovecho para recomendarte una película que podrás encontrar en YouTube que se llama “Siempre recuerda la meta” muy inspiradora sobre cómo trabajar, perseverar y perseguir una meta.

El tener proyectos en mente con objetivos claros y definidos, nos servirá como combustible para trabajar en éste año, para levantarnos día a día, además de tener siempre presente a nuestros seres amados, que son la motivación para vivir. Entonces debemos concentrarnos en esos proyectos y enfocar nuestras fuerzas en ello, tal como lo describe el autor Robin S. Sharma, en su obra El monje que vendió su Ferrari: “Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras, tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tú te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos cobran vida, y descubres que eres una mejor persona de lo habías soñado ser.”

Sé que sólo han pasado escasos días de la conclusión del año pasado, y que muchas cosas están aún frescas en la memoria, pero hay que sacudirse las malas, depurar los pensamientos negativos y no volver a pensar en ellos, el pasado quedó en el ayer junto con las malas experiencias, una mala racha, un desencuentro o un desencanto, vivencias que nos deben dejar un aprendizaje para crecer, pero no deben hacernos retroceder o quedarnos estáticos, debemos proseguir a la meta. Al respecto el autor Paulo Coelho comentó: “Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.”

Y en segundo lugar, te exhorto a que encuentres cuáles son tus propósitos de vida, para qué te fueron dados dones y talentos, los cuales vas a emplear en la realización y culminación de tus proyectos, sueños o anhelos, recuerda que nada es casualidad en este mundo, y como dice el autor Rick Warren en su increíble libro: Una vida con propósito: “Todos tenemos dones, talentos y carencias específicos, los cuales debemos poner al servicio de los demás. Nada es casualidad en este mundo, hay un orden perfecto establecido por Dios y es nuestra misión cumplir precisamente en el tiempo y lugar en el que hemos sido puestos, y encontrar el propósito por el cual nos fueron dados, de lo contrario déjeme decirle que no está viviendo, está sobreviviendo.”

Por último, te comparto que yo igual que tú, tengo proyectos, planes y un propósito de vida, los cuales pongo en oración delante del Señor para que me dé de su sabiduría y fortaleza para lograrlos, y en éste momento quiero que sepas que también hago una oración por ti, por tus proyectos, planes y anhelos, y te invito a hacer un compromiso de orar mutuamente para que podamos alcanzarlos éste año, en un ejemplo como lo hicieron el apóstol Pablo, Silvano y Timoteo a los miembros de la iglesia de los Tesalonicenses, tal como está escrito en la segunda carta que escribieron para ellos en el capítulo 1 versículo 11: “Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder.”

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *