Por David Uscanga

Numerosos estudios han concluido que los canales nasales de los perros han adquirido una capacidad incomparable para leer las emociones humanas tras miles de años de convivencia.

Un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol no solo lo corrobora, sino que va un paso más allá y afirma que esa capacidad cambia las propias emociones del animal, lo que produce un fenómeno llamado “contagio emocional”.

Según cuenta el equipo, cuando un perro nota el estrés de su amo, toma decisiones más pesimistas, como si esperara menos de la vida. El estudio es el primero en comprobar como los olores del estrés humano afectan al aprendizaje y al estado emocional de los perros.

Nicola Rooney asegura que “los dueños de perros saben lo en sintonía que están sus mascotas con sus emociones, pero aquí demostramos que incluso el olor de un humano estresado y desconocido afecta el estado emocional del perro, su percepción de recompensas y su capacidad de aprender”.

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