Por Vianey Hernández
Aún y cuando Rubén Alor González tiene familia, ahora en su edad adulta halló compañía no en el ajetreo de la vida, sino en unos seres que cuando habla, lo escuchan, no respondiendo con palabras, sino con un amor tan puro que se habla con el lenguaje silencioso de los movimientos de la cola y lamidas tiernas en sus manos
Él es originario de Xalapa, pero hace cerca de 14 años decidió mudarse a Las Vigas, lugar en donde encontró el generoso corazón del señor Anastacio Córdoba Becerra, quien le ofreció un techo no solo para él sino para las decenas de perritos y gatitos que ha ido rescatando de la calle y de malos tratos de seres humanos.
Comenzó con 20 caninos que lo seguían a todas partes, sin embargo, ciudadanos del centro de este municipio comenzaron a quejarse, hecho que no lo detuvo, pues hoy su manada llega a 50 caninos a quienes les da alimento, medicina (si lo requieren), cuidados y todo el amor que no recibieron de sus dueños originales.
Tampoco lo han detenido la diabetes, su ceguera y ni sus 64 años para seguir protegiendo a estos angelitos que afortunadamente se cruzan en su camino. Siempre tiene fuerzas para gestionar mensualmente y, casi siempre gratuitas, campañas de esterilización y desparasitación, tanto para perritos como para gatitos.
El viernes pasado, la vida le volvió a poner un obstáculo que seguros estamos que superará con éxito… Las llamas de un incendio consumieron gran parte de lo que es su casa y albergue, ubicado sobre la carretera federal Xalapa-Perote.
Vecinos cercanos y pobladores de comunidades aledañas no dudaron en apoyarlo y gracias a que pipas con agua pasaron por ahí fue que lograron sofocar el fuego que causó severos daños materiales al lugar, pero que afortunadamente no tuvo consecuencias ni en él ni en los cachorros.
Rubén platica que su papá le enseñó que “si no tengo nada bueno que decir de una persona, no diga nada. Si vas a comentar algo, pero si no tienes toda la información, no comentes nada. No te metas donde no aportas algo bueno”… Pese a la desgracia, recibió comentarios negativos, pero él no hace caso de ellos y se enfoca y agradece a quienes le han tendido la mano en estos momentos difíciles.
Ha sido mucha la gente de Xalapa, vecinos de Las Vigas y alumnos del Telebachillerato de este mismo municipio quienes le han donado ropa y comida. Otros tantos han solicitado ayuda mediante las redes sociales.
Además de alimento para los animales, él requiere algunas medicinas y reconstruir su hogar. Don Rubén Alor necesita una “patita”, ¡Hoy por él y su manada, mañana por nosotros!