Wolfang Amadeus Mozart murió en Viena, el 5 de diciembre de 1791 a los treinta y cinco años de edad, esto parece ser la única verdad respecto a su muerte. Conocemos diversas teorías acerca de conspiraciones en su contra de sus detractores francmasónicos, del odio que le profesaba el compositor y director de orquesta Antonio Salieri que envidiaba su gran talento que lo opacaba, hasta el marido ofendido que deseó vengarse del genio musical.
Se ha escrito mucho sobre su Artritis Reumatoide y el Síndrome de Tourette que lo caracterizó históricamente como un individuo con incontinencia de sus emociones, saltarín incontrolable, lleno de tics, con dificultad para estar quieto, emitía gestos obscenos (copropraxia) o imitaba los de otras personas (ecopraxia).
El síndrome de Tourette ha sido estudiado con interés, su presencia en solo el 0.52 por ciento de la población mundial, no ha sido obstáculo para estudios profundos, genéticos y de su fisiopatología, sin embargo, hasta hoy nada se tiene claro al respecto.
La causa de su muerte del genio Amadeus ha sido un misterio, fuente de elucubraciones sin medida. En la actualidad aún se investiga retrospectivamente acerca de la muerte, a los treinta y cinco años de edad, de este prolífico genio universal.
Falleció súbitamente dos días después de una aparición pública, habiendo gozado de aparente buena salud hasta entonces. Su cuñada declaró que Mozart se había hinchado, le era imposible permanecer en cama por fiebre muy alta controlada con compresas frías, acompañada de una erupción rojiza generalizada. Su muerte certificada como causada por “Rash y fiebre”, fue obviamente un diagnóstico sintomático, no etiológico, como se ha visto en multitud de certificados de defunción en aquella época.
Muchas causas se han atribuido a la muerte de Amadeus lo largo de los siglos; Malnutrición, Tuberculosis, Sífilis, Fiebre reumática y Triquinosis por comer carne de cerdo sin adecuada cocción, pero la verdadera causa ha sido misterio.
La revista Annals of Internal Medicine del 18 de agosto del año 2009, publicó un análisis epidemiológico de las enfermedades prevalentes en Europa en esa época y exponen la hipótesis de que el genio musical murió de una infección epidémica por estreptococo.
En Viena, en el siglo XVIII, las muertes eran registradas, pero no se detallaban diagnósticos específicos y frecuentemente se registraba la muerte tal como los familiares la describían. En el invierno de 1791-92 se reportaron numerosos casos con fiebre, erupción cutánea y edema generalizado (hinchazón por retención de agua corporal). El cuadro de Mozart fue súbito, con fiebre elevada, erupción rojiza en la piel (rash), dolor de cuerpo, debilidad generalizada, edema importante y muerte en solo unos días.
Lógicamente muchas enfermedades pueden dar cuadros clínicos similares y es aventurado establecer diagnóstico solo por síntomas y signos físicos, a dos siglos de distancia del paciente. Tomando en cuenta la incidencia epidemiológica reportada en esa época y las manifestaciones descritas de la enfermedad de Mozart, permiten a los investigadores deducir que esa muerte repentina, con el cuadro mencionado, se debió a una infección estreptocócica, que desencadenó un daño renal.
En la actualidad ese tipo de enfermedad se diagnostica con facilidad, se denomina Glomerulonefritis Aguda Post infecciosa, enfermedad de los riñones provocada por la reacción antigénica de la toxina de la bacteria Estreptococo Beta hemolítico. Este padecimiento generalmente es desencadenado por una infección en la garganta, en forma de faringo amigdalitis, y en unos cuantos días causa el daño renal que ahora con el recurso de la penicilina, y otros medicamentos, es más factible controlarla, pero Wolfang Amadeus desgraciadamente vivió y murió hace más de doscientos treinta años.