La momia infantil “Pepita” será sometida a un nuevo estudio de ADN a 17 años de su descubrimiento en Altamira, en la Sierra Gorda de Querétaro.
Se trata de los restos de una niña de dos años y medio de edad, los cuales fueron el centro del debate de un ciclo que se lleva a cabo en el Museo de El Carmen en el marco de la exposición “Momias. Ilusiones de vita eterna”.
La primera jornada, estuvo a cargo de la arqueóloga Elzabeth Mejía Pérez, investigadora del INAH-Querétaro, quien consideró a “Pepita” como una de las momias más antiguas de México.
A los restos se les revisó la piel con un microscópico electrónico de barrido para confirma si antes de su muerte fue bañada o lavada con alguna sustancia.
Se sigue trabajando en el estudio de la momia infantil, por lo que está en proceso un nuevo estudio de ADN.