POR: Elsa Maile Gutiérrez Landa
La semana pasada estuvo fuertemente marcada por el conflicto entre el gobierno y la policía federal. Ya se nos había advertido, desde hace varios meses que la guardia civil reemplazaría a la policía en el país como un intento de mejorar la situación de los ciudadanos y disminuir los niveles de inseguridad. Durante el fin de semana y a principios de la semana pasada los grupos de policías federales se manifestaron en contra de los planes del gobierno y la desaparición de la institución.
Como punto a parte de los movimientos, y de los personajes políticos que se han mostrado a favor de dicho movimiento es necesario analizar las respuestas del presidente ante los cuestionamientos relacionados a este tema. La estrategia del gobierno durante las conferencias mañaneras fue la descalificación del conflicto por medio de ciertos argumentos basados, en su mayoría, en los problemas de corrupción en los que se vio envuelta la policía federal. A pesar de que es verdad que hubo una gran cantidad de problemas relacionados con policías corruptos y que las instituciones de seguridad eran consideradas unas de las menos seguridad del país, dato que por si mismo es preocupante y hasta aberrador; también es cierto que muchas decisiones del gobierno actual parecen desproteger a un sector de la sociedad en un afán por proteger a otro. Eso sin siquiera tomar en cuenta las constantes generalizaciones que se han hecho por parte del presidente durante muchas de sus declaraciones y que terminan por afectar a los policías honestos que deben existir entre los despidos.
Lo cierto es que no podíamos seguir con la estructura que teníamos y un cambio era la solución más lógica en este momento del país sobre todo ante la nueva transformación que tanto se ha planteado. El problema es que la misma división del país nos está llevando, nuevamente a una pelea entre el nuevo régimen con las elites políticas preexistentes del país y nos estamos enfocando nuevamente a loe cada lado dice en lugar de replantearnos las soluciones, las alternativas y la balanza de lo que se gana y se pierde con las decisiones del nuevo gobierno.
Una vez más las conferencias se quedan cortas en darnos soluciones y la confianza de que la situación se solucionará de la mejor manera y nos deja callados con argumentos superficiales que no terminan por demostrar la complejidad de las decisiones que son tomadas en Palacio Nacional.