Hasta hoy, todas las encuestas difundidas con relación a las preferencias ciudadanas rumbo a la sucesión de 2024 en Veracruz dan clara ventaja a Morena.
Se podría plantear, incluso, que sin importar el nombre de sus candidatos, la 4T estaría en condiciones de conservar el gobierno estatal y ganar tanto los dos escaños en el Senado por mayoría, como las diputaciones locales y federales en la contienda de dicho año.
Entre los nombres que se han manejado hasta hoy, por Morena, destacan los de Rocío Nahle, secretaria de Energía del Gobierno Federal y, por tanto, muy cercana al presidente López Obrador; Zenyazen Escobar, secretario de Educación de Veracruz, quien cuenta con el apoyo de un importante sector del Movimiento en la entidad; Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal identificado con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado de programas especiales, con estructura en toda la entidad; y Ricardo Ahued, alcalde de Xalapa, senador con licencia y, sin duda, una de las cartas de la 4T que más triunfos electorales acumula –ha sido dos veces presidente municipal, diputado local y federal, y senador–.
En 2023, año previo a la sucesión, con seguridad veremos a los involucrados en esta carrera intensificar su trabajo en tres rutas: los nexos con los actores que determinan o influyen en las candidaturas; la presencia en las bases; y el avance en términos de imagen.
A estas alturas no falta quien dé como un hecho la inminente candidatura de Rocío Nahle por su cercanía a López Obrador más que por cualquier otra consideración; la designación no sería una sorpresa, a pesar de que durante los últimos 4 años la presencia en la entidad de la funcionaria ha sido más bien limitada.
Sin embargo, el pasado enseña que incluso posiciones y proyectos más afianzados que el de Nahle han terminado por caer; y eso lo saben Gutiérrez Luna, Manuel Huerta, Zenyazen Escobar y Ricardo Ahued.
De todos ellos, por cierto, quien figura como el personaje más cercano al actual gobernador es el secretario de Educación; Escobar García es impulsado por el grupo que llevó a Cuitláhuac García Jiménez desde la diputación federal a la gubernatura.
Tampoco se puede dejar de ver la importancia del delegado Manuel Huerta, quien de forma discreta pero eficiente, ha caminado armando un equipo y una base de apoyo que se fortalece por el control de los programas sociales.
Por otro lado, Gutiérrez Luna lleva más de un año recorriendo de Veracruz, primero como presidente de la Cámara de Diputados y actualmente como promotor de la candidatura de Adán Augusto López.
En Morena trasciende que a principios de noviembre se llevarán a cabo las primeras encuestas para justificar la decisión sobre la candidatura, de tal manera que los protagonistas, los aspirantes a la gubernatura tienen sólo 10 meses para crecer en términos de opinión pública e imagen.
Por supuesto, en el proceso de negociación hay otros espacios: dos candidaturas al Senado, una de las cuales se reservará para una mujer –se habla de Dorheny García Cayetano o Guadalupe Osorno–, las curules federales y las diputaciones locales, además de espacios en el próximo gabinete; sin embargo, toda la atención, por obvias razones, se ha centrado la sucesión en la gubernatura; lo demás es lo de menos. @luisromero85