Por Darío Pale
25 de diciembre del 2025.- En México, la Navidad es una de las festividades más arraigadas y esperadas del año, donde las expresiones culturales, religiosas y familiares se entrelazan para dar vida a una temporada llena de colores, sabores y símbolos. Desde mediados de diciembre, las calles, plazas y hogares comienzan a transformarse con luces, nacimientos y adornos que anticipan las celebraciones que culminan el 24 y 25 de diciembre.

Una de las tradiciones más representativas es la de las posadas, que se llevan a cabo del 16 al 24 de diciembre y recrean el peregrinaje de María y José en busca de posada. En estas reuniones abundan los cánticos, las velas, las piñatas y el tradicional ponche caliente de frutas. Aunque su origen es religioso, en la actualidad las posadas también son espacios comunitarios y festivos en los que conviven familias, vecinos, compañeros de trabajo y amigos.

El nacimiento o pesebre, presente en la mayoría de los hogares, es uno de los elementos más simbólicos de la temporada. Muchas familias dedican días enteros a armarlo, integrando figuras, casitas, luces y paisajes que representan no solo el nacimiento de Jesús, sino también escenas cotidianas de la vida mexicana. En algunos municipios se realizan exposiciones y concursos que muestran nacimientos monumentales, artesanales o temáticos.

La celebración de Nochebuena, el 24 de diciembre, es uno de los momentos más importantes. Tras la cena familiar, que suele incluir platillos como bacalao, romeritos, ensalada de manzana o pavo, muchas personas acuden a la misa de gallo, mientras que otras permanecen en casa para continuar la convivencia. El 25 de diciembre suele ser un día más tranquilo, dedicado al descanso y a seguir compartiendo alimentos y regalos.

En diversas regiones del país también se mantienen tradiciones locales que enriquecen la festividad, como las pastorelas, las danzas, los desfiles navideños y los mercados llenos de artículos artesanales, luces y flores de nochebuena. Estas expresiones reflejan la diversidad cultural del país y la manera en que cada comunidad adapta y resignifica la celebración.

Para los comercios, la temporada navideña representa además uno de los periodos económicos más importantes del año. Tiendas, mercados y ferias incrementan su actividad desde semanas antes, impulsadas por la búsqueda de regalos, decoración, ropa y alimentos típicos de la temporada.

La Navidad en México, más allá de su sentido religioso, continúa siendo un espacio de encuentro, memoria y unión. A través de sus múltiples tradiciones, el país conserva un espíritu festivo que combina historia, identidad y la calidez de las reuniones familiares que año con año dan vida a estas fechas.

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