En esta ocasión quisiera empezar dando gracias Dios por permitirme seguir escribiendo durante un año más y compartir éstas reflexiones con todos ustedes, al mismo tiempo que agradezco infinitamente a todos los que han compartido o replicado alguno de éstos artículos con sus contactos, amigos, familiares, a través de las redes sociales o en sus grupos de whatsapp.
En la víspera de la cena de navidad, en la que todos esperamos compartir con nuestros seres queridos ese momento, llenos de emoción y alegría por llegar al fin del año, después de una larga jornada, de tantas experiencias personales, vivencias familiares, de trabajo, de momentos de éxito y de fracaso, de resultados logrados y otros pendientes, de proyectos realizados, en proceso o retomados; también es momento para hacer una pausa y ver nuestra vida de manera interna o íntima, un balance de nuestras emociones y nuestro estado físico.
Se terminó el año, casi en un pestañeo, y ya es tiempo de pensar en los propósitos para el siguiente año; para iniciar el 2024 con metas, propósitos y sueños, sin saber que nos deparará el destino, que circunstancias encontraremos, que cosas jugarán a nuestro favor y que otras lo harán en contra.
Diciembre es un mes en el que todas las emociones, sentimientos, alegrías, encuentros, y las ausencias, suelen ser más. Todos los sucesos se vuelven más significativos, quedando en la memoria para bien o mal, pero al final todo es para bien.
Tenemos enfrente la oportunidad, no sólo de planear un buen año, sino de reinventarnos completamente, renovarnos, mejorarnos, para tratar de lograr aquellos anhelos que están guardados y podremos retomar.
Ha sido un placer compartir, coincidir y reflexionar con todos durante éste año. Deseo de todo corazón que pase felices fiestas en compañía de las personas que ama, que tengan un reencuentro feliz con aquellos que no viven en la misma comunidad que ustedes, que Dios los traiga con bien en sus viajes, que los reciban con un beso y un gran abrazo, que tal vez estuvo en pausa o espera durante algún tiempo.
Antes de concluir también quiero agradecer en todo lo que vale, a los diferentes medios de comunicación que generosamente me brindan éste espacio, dándome la libertad de abordar temas relacionados con los valores, principios y buenas costumbres, pero sobretodo con la fe, que es la mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos.
Reciban todos un abrazo enorme con mucho afecto, que Dios les conceda sus anhelos del corazón en compañía de sus familias, que pasen una increíble cena y que podamos celebrar que el amor fue encarnado en nuestro Señor Jesucristo, quien nos llena de amor, gozo y paz; y que el próximo año 2024 sea de grandes bendiciones.
Fraternalmente su amigo Roberto López Barradas…