- Las considera reductos de oposición a su gobierno
Managua, Nic.- Considerados, por el gobierno que encabeza el Presidente Daniel Ortega, como los últimos centros de resistencia y de población estudiantil políticamente activa de Nicaragua, cinco universidades privadas han sido tomadas bajo el control del estado.
Ante el señalamiento de que estos centros de estudio son uno de los últimos focos de oposición al gobierno, estos ahora son el objetivo de la represión en contra de la disidencia, y lo hacen bajo la justificación oficial de que es que las universidades fueron despojadas de su capacidad de operar independientemente porque no cumplen con las regulaciones financieras.
Como es de todos es sabido, desde el 20221 el gobierno nicaragüense ha puesto en prisión y en arresto domiciliario a activistas políticos y líderes de la sociedad civil, ha allanado medios de comunicación, ha prohibido las protestas callejeras y ha cerrado docenas de organizaciones no gubernamentales.
Luego de que el Presidente Daniel Ortega logró su cuarto mandato en una elección sin contrincante creíble, el gobierno advirtió que sería el Consejo Nacional de Universidades, el encargado de supervisar las instituciones educativas, y luego de que fuera criticada por un miembro del partido en el poder otra universidad privada, existe el temor de que sea la próxima en ser tomada por el estado.
Esto a creado un clima de incertidumbre entre la comunidad universitaria nicaragüense y consideran que es posible que esta represión forcé a las instituciones a censurar a los profesores o estudiantes que expresan su opinión sobre la situación política y social de Nicaragua.
Luego de que el gobierno de Daniel Ortega se apoderó de la Universidad Popular de Nicaragua, la acción se ha tomado como advertencia para las cerca de treinta universidades privadas que aún quedan, y en ese sentido, Ernesto Medina, ex rector de dicha institución en León, dijo que “La señal es que si quieren mantener su personería jurídica tienen que portarse bien, tienen que estar callados, no hay que criticar nada, no hay que analizar nada”.
“Eso es matar a la universidad”, concluyó el ex funcionario universitario.