Amigos es un gusto saludarlos nuevamente desde este espacio y les agradezco infinitamente por darme la oportunidad de compartir éstas líneas para dar continuidad al tema de la emisión anterior, acerca de los planes, los propósitos que todos tenemos, y que en ésta ocasión los encaminaremos a la fe.
Una de las mejores experiencias que Dios me ha regalado es precisamente el poder compartir alguna reflexión acerca de los valores, los principios, las buenas costumbres, la familia, la pareja, los hijos, el trabajo, la superación personal, la paz emocional, la fe.
Es interesante como, al pasar de los años va cambiando nuestra forma de ser, que de acuerdo a las circunstancias, las experiencias, las vivencias, se va moldeando nuestro carácter, desarrollando nuestra personalidad y temperamento; a veces nos convertimos en una versión más introvertida y otras en una más revolucionada.
También conforme vamos creciendo, vamos descubriendo dones y talentos, algunos que tenemos de forma natural, otros por herencia y algunos que se fueron desarrollando mediante la práctica, pero que sin duda todos nos fueron concedidos por Dios para cumplir con un propósito en específico, que servirán para bendecir a los demás, al mismo tiempo que son una gran bendición para nosotros mismos.
Pero qué pasa cuando las cosas no salen muy bien, nuestros planes se ven estropeados por las adversidades, o alguna amarga experiencia, una mala relación, o los comentarios negativos hacia nosotros de parte de las personas con quienes convivimos, lo cual genera desaliento en nuestra mente, porque comenzamos a pensar que es verdad que no somos capaces de lograr cosas importantes, de hacer cambios significativos, de alcanzar los objetivos, de conquistar la victoria y llegar a la gloria para lo que fuimos creados, capacitados, preparados aún en medio de la dificultad.
Ante esa situación, tenemos que sobre ponernos, debemos recobrar fuerzas, creer en uno mismo y aprovechar todas esas vivencias, emociones y dudas para aplicarlas de manera positiva; tomar todos los pensamientos negativos que pudiéramos tener y convertirlos en combustible para propulsión e impulso de nuestra vida, proyectándola hacia el mundo, con el plus de que ahora, con el aprendizaje y la experiencia, seremos aún mejores, mucho mejores.
Te reto a que no claudiques ante el temporal que pudieras estar pasando, a saltar los muros de la mente, a sortear las estruendosas olas de la vida y navegar hacia adelante con valor, con energía, entusiasmo y valentía, que al ver el horizonte de las oportunidades te esfuerces por encontrar cuál es tu propósito y lo cumplas, con la conciencia y convicción de que este año tienes valor agregado por lo vivido, por el conocimiento adquirido.
Te comparto un fragmento del poema “Ulises” escrito por Lord Alfred Tennyson, que recita “M” la directora del M16 en la película del agente 007 James Bond “Skyfall” y que dice: ”…Aunque mucho se ha gastado mucho queda aún; y si bien no tenemos ahora aquella fuerza que en los viejos tiempos movía tierra y cielo, somos lo que somos: corazones heroicos de parejo temple, debilitados por el tiempo y el destino, más fuertes en voluntad para esforzarse, buscar, encontrar y no rendirse…”
Y por último, pero más importante, caminemos día a día, de frente con la confianza y certeza de que tenemos un Dios grande, en amor, en misericordia y poder que nos exhorta y nos anima a seguir adelante y nos promete acompañarnos en todo tiempo y en todo lugar como lo declara en el libro de Josué 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”