Ante la ola de críticas que ha recibido el Gobierno de Estados Unidos por el trato que reciben los migrantes, el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kevin McAleenan defendió ante el Congreso de Estados Unidos, que la situación de los niños migrantes en la frontera es mucho mejor, mientras los demócratas lo acusaron de un déficit de empatía.
La audiencia se centró en las consecuencias de la política de separación de los niños cuando eran detenidos juntos a sus padres cruzando la frontera lanzada por el gobierno de Donald Trump el año pasado y la situación actual de los centros de detención para extranjeros.
Según un informe publicado por este comité la semana pasada, al menos 18 bebés y niños de menos de dos años fueron separados de sus padres por periodos de entre 20 días a medio año.
Al menos 241 niños separados de sus padres fueron colocados en dependencias de la patrulla fronteriza por más de 72 horas que marcan el máximo legal, señaló el informe.
McAleenan negó que los niños migrantes no tuvieran acceso a una ducha o a cepillos de dientes. A principios del 2017, el presidente Donald Trump anunció un endurecimiento de la política migratoria y en 2018 lanzó la política “tolerancia cero”, la cual propició que más de 2300 niños fueran separados de sus padres por periodos de entre 20 días a medio año.