La diabetes es conocida por la humanidad desde tiempos inmemoriales. En Los Vedas, (la Verdad) literatura hindú que data de 6000 años antes Cristo, se encuentran descripciones de “…sujetos que emiten orina pegajosa, dulce y que atrae a las hormigas”; en el Papiro de Ebers, documento egipcio de más de 1500 años antes de Cristo, encontrado en Tebas en 1862, se encuentra una descripción de los dos tipos de diabetes hecha genialmente por Súsruta, eminente médico de aquella lejana época.
La denominación de diabetes mellitus históricamente se atribuye a Galeno, siglo II d.C. quien la llamó Diabetes, que significa Sifón, que pasa exceso de agua, y Mellitus dulce como la miel, refiriéndose a la orina abundante y dulce del diabético.
Entonces, si la Diabetes Mellitus es tan antigua y la medicina moderna ha llegado a conocer profundamente los antecedentes genéticos, la biología molecular, inmunología y recursos terapéuticos obtenidos mediante ingeniería genética, ¿por qué es ahora un monumental problema de salud mundial?
Veamos con más detenimiento lo que es la diabetes… Es una enfermedad del endotelio, la delicada membrana que tapiza el interior de los vasos sanguíneos, arterias y venas, distribuidos en todo el cuerpo humano. Este cubrimiento interno de los vasos sanguíneos en el adulto de 70 Kg. pesa 3.5 Kg, el cinco por ciento del peso corporal, la forman células planas consideradas antes solo una especie de “alfombra”, sobre la que circulaban el plasma, glóbulos rojos, blancos y plaquetas, más no es así.
El endotelio es un órgano productor de sustancias fundamentales para el control de la tensión arterial y diversas reacciones químicas complejas para el buen funcionamiento orgánico. La inflamación del endotelio causa y agrava progresivamente un sin número de enfermedades: diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías, trombosis, hemorragias, es una enfermedad de todo el organismo, por ello la diabetes es un compromiso patológico sistémico, no hay un minúsculo fragmento del cuerpo humano que no esté afectado.
La diabetes es un problema de salud mundial, la Federación Internacional de Diabetes (IDF) y la revista “Diabetes care” han publicado que para el año 2030 habrá en el mundo 339 millones de diabéticos.
La Diabetes Tipo I aparece en edades tempranas, generalmente antes de los veinte años de edad y es debida a una nula producción de insulina en el páncreas. En la Diabetes tipo II, más frecuente en adultos, la generación de insulina es pobre, pero además existe resistencia a esta hormona y su captación y utilización por los tejidos corporales es deficiente. Ambos tipos tienen una carga genética bien documentada.
La prevalencia/incidencia de la diabetes descendería si se tomase en cuenta el consejo genético que demostrara antecedentes familiares definidos de la enfermedad y entonces el paciente se disciplinara, ante esta espada de Damocles, pendiente en su futuro y, por ello, seguir régimen alimentario equilibrado, disciplina en ingesta de medicamentos, ejercicio y a la convicción de que requiere una disciplina cotidiana.
Generalmente lo anterior no es posible porque los enfermos a quienes “nada les duele” no se inmutan, pero la enfermedad descompensada, en todo momento está dañando al organismo. La diabetes da chance y el paciente la ignora, pero llega un momento en que se inicia el deterioro orgánico, progresivo e implacable y no habrá cura.
Los diabéticos asintomáticos con glucosa sanguínea “un poco alta”, como dicen, no comprenden lo que les espera cuando inicien las manifestaciones clínicas del daño orgánico generalizado. Esto deben conocerlo los diabético desde el momento de enterarse de su enfermedad.
El mundo cuenta actualmente con 600 millones de diabéticos, se espera que en 2045 haya 630 millones. Actualmente en México, con 126.5 millones de habitantes, la prevalencia es del 10.7% en personas entre 20 y 65 años, se estima que existen 2 millones a quienes no se les ha diagnosticado, mientras que la prevalencia de obesidad y sobrepeso predisponente para diabetes, es del 24.4%. (30 millones 870 mil). Por esto México ocupa el noveno sitio mundial en diabetes. (Federación Mexicana de Diabetes).
El Instituto Nacional de Salud Pública de México estima que el gasto público anual para los servicios de salud por diabetes es de 19 mil millones y considerando que el diabético es cardiópata, el gasto puede duplicarse.
Hoy el mundo tiene 7 mil 888 miles de millones de habitantes (INEGI 2021) y México ocupa el noveno lugar en diabetes, la diabetes mellitus ya es una pandemia (Dr. Adolfo Andrade Facultad de Ciencias UNAM, 2012.) Las leyes de la herencia son importantes en la transmisión de la diabetes, pero también es propiciada por el descuido de la salud, sedentarismo, vicios en hábitos alimentarios y obesidad, con inflamación endotelial generalizada, acompañante de la diabetes.
Todas estas características hacen a los diabéticos víctimas de este fantasma intangible y contundente que cae sobre la salud, sin embargo, la mayoría cree que la diabetes “les hace los mandados”. Cuando a una persona se le diagnostica diabetes mellitus, debe adoptar un estado de alerta que solo representa atenderse por un médico especialista que guíe su vida y proceder periódicamente.
Réditos pagados por el diabético indolente, serán dolor e incapacidad por lesión de nervios sensitivo-motores periféricos y viscerales, daño por hipertensión arterial, ceguera por lesiones de retina, insuficiencia renal progresiva irreversible, tristeza familiar, gastos progresivos y al final la muerte que toma su tiempo… pero llega, antes de lo deseado.