China concentró más fuerzas militares en Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong, en medio de la escalada de la crisis por las manifestaciones prodemocracia en la que el presidente estadunidense, Donald Trump, pidió a Pekín que actúe con “humanidad”.
Por su parte, el embajador chino en Londres, Liu Xiaoming, afirmó que Pekín “no se quedará cruzada de brazos si la situación empeora” y tiene “suficientes medios y suficiente poder para reprimir los disturbios rápidamente”.
China, que denunció las agresiones “de tipo terrorista” contra sus habitantes en los enfrentamientos del martes en Hong Kong, concentró más fuerzas pertenecientes a la policía militar en el estadio de Shenzhen.
Los manifestantes hongkoneses agredieron el martes a dos habitantes de China continental durante la importante movilización en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong, cuyos vuelos quedaron suspendidos el lunes y el martes.
Con estas acusaciones, Pekín asimila las acciones de los manifestantes prodemocracia con el “terrorismo” por segunda vez durante esta semana. Y hace temer una represión militar para sofocar un movimiento surgido hace diez semanas en contra de un proyecto de ley de extradición.