El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro firmó un decreto que prohíbe las quemas en todo Brasil durante dos meses para tratar de frenar la multiplicación de incendios en la Amazonía, en medio de una creciente presión internacional.
El decreto suspende el uso de fuego durante los próximos 60 días en todo el territorio nacional, aunque mantiene algunas excepciones.
Las quemas controladas están permitidas por el Código Florestal brasileño en determinadas circunstancias, como prácticas agrícolas y forestales en las que se justifique su uso.
Desde enero hasta el martes pasado, se registraron 83 mil 329 focos de incendios en Brasil, más de la mitas en la selva amazónica.
Ese número marca un aumento de 77 por ciento, respecto al mismo periodo del año pasado y constituye un récord de incendios desde 2010.
El gobierno, que asegura que los focos están disminuyendo, ha desplegado más de 3 mil 900 militares y brigadistas, cientos de vehículos y 18 aeronaves, entre ellas dos aviones cisterna Hércules C-130, para controlar las llamas, de acuerdo con datos del ministerio de Defensa citados por la prensa local.