Un risco unido a la tierra firme por unas enormes dunas abriga del viento la pequeña ensenada en la que se presume que Hernán Cortés hundió sus barcos en 1519.

En una trascendental decisión que culminó con la conquista del imperio Azteca, todo un hito en la historia de México y del mundo.

Cinco siglos después, en esa bahía de Villa Rica, en el estado mexicano de Veracruz, el arqueólogo mexicano Roberto Junco busca los barcos del conquistador a 15 metros de profundidad en una capa de sedimento que los cubre.

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