El día de mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acudirá a Veracruz para presidir la conmemoración del 117 aniversario de los Mártires de Río Blanco.
Esta sería la primera ocasión, después de 33 años, que un mandatario federal acuda a la ceremonia de lo que se conoce como “la huelga de Río Blanco”.
Hay que recordar que el 7 de enero de 1907, cerca de dos mil obreros de la fábrica textil de Río Blanco se amotinaron a las afueras de su centro de trabajo para protestar contra la sentencia del gobierno de Porfirio Díaz, que ordenaba el regreso al trabajo tras una suspensión de labores promovida por los empresarios, e instaba a los trabajadores a terminar con su huelga.
El problema se centró en las demandas del sector obrero por la mejora de las condiciones laborales, la obtención de un salario digno y la regulación del trabajo infantil, entre otras, mediante el Círculo de Obreros Libres.
Fue en Río Blanco donde culminaron de manera trágica estos eventos que se habían expandido en otras fábricas de la región, en la que soldados dispararon contra la multitud, convirtiéndose en uno de los episodios más sangrientos de la lucha obrera en nuestro país.