Por Arturo Reyes Isidoro

15 de octubre de 2025. Xalapa,Ver.- En el último año de su gobierno, en octubre de 2024, el entonces gobernador Cuitláhuac García Jiménez enfrentó la última gran inundación de su sexenio, que afectó el sur de Veracruz y la cuenca del Papaloapan. Ya en funciones, Claudia Sheinbaum (un mes antes había asumido la Presidencia), envió a la secretaria de Protección Civil, Laura Velázquez, para que evaluara la situación. La funcionaria sobrevoló la amplia zona inundada y bajó a tierra en Minatitlán y en Tlacotalpan, para sostener reuniones con mandos militares y navales, personal de la Conagua y de un organismo civil, así como para constatar de cerca las condiciones que prevalecían.

El único detalle, que lo observé en “Prosa aprisa” del 28 de octubre de ese año, fue que la titular de la SPC realizó todas sus actividades sola, sin la compañía del gobernador, quien solo estuvo un momento en Tlacotalpan para realizar una dizque “mesa de diagnóstico” en el palacio municipal con tres achichincles que iban con él, pero no esperó la llegada de la funcionaria y se regresó a Xalapa porque le urgía ensayar sus pasos del baile de Xantolo en el palacio de gobierno. Durante su mandato, Cuitláhuac jamás estuvo cerca de damnificados por inundaciones o afectados por incendios forestales que se dieron y que llegaron a las faldas de algunas poblaciones.

Unos días antes, el 20 de octubre, incluso el diputado local, Juan Javier Gómez Cazarín, en un artículo semanal que publicaba, Parlamento Veracruz, con el título “Lluvia”, prácticamente le hizo un reproche. Pidió que “quienes tienen la fortuna de estar bien se toquen el corazón y le echen una mano a los amigos, a los vecinos y a los desconocidos que estén pasando por un mal momento. Cualquier ayuda viene bien”. Y es que en plena emergencia, Cuitláhuac se la pasaba en reuniones de “protección civil” en la sala de banderas del palacio de gobierno, a buen resguardo, con café caliente, pan, fruta, vasos de jugo de frutas exóticas, muy lejos del sufrimiento de miles de veracruzanos, como todo
un señorito fifí a quien la suerte de los veracruzanos le valía madres.

Nahle, una semana ya en la zona de emergencia

Mañana jueves hará una semana que la gobernadora Rocío Nahle realizó el primer sobrevuelo por las zonas afectadas por las intensas lluvias, que desde entonces afectaban la región norte del estado, sin pensar que el desborde e inundación que causó el río Cazones el viernes la iba a atrapar también, porque desde entonces permanece allá. Tiene que reconocerse que, comparada con Cuitláhuac, ha actuado en forma responsable, cercana a los damnificados, pues ha estado de manera personal al frente de las labores de auxilio a la población dañada, escuchando incluso airadas protestas de reclamos como las que le hicieron el domingo pasado a la propia presidenta Claudia Sheinbaum, ante quien habitantes de Poza Rica pidieron su salida de la gubernatura.

Ese domingo, Rocío aguantó vara, primero cuando damnificados la vieron a bordo de una camioneta del Ejército, sentada en la parte trasera, y le empezaron a hacer reclamos a gritos, luego cuando escuchó las quejas ante Sheinbaum lo mismo contra ella que contra su gobierno. En pocas palabras, por lo menos ha dado la cara y no se ha escondido ni se la ha pasado en la comodidad del palacio de gobierno o de su mansión en El Dorado, en Boca del Río. Ayer tuvo un detalle más, que la hace congruente con lo que dijo al inicio de su gobierno cuando proclamó la práctica de una “política de altura” y llamó a “elevar el nivel del discurso y la forma de hacer política en Veracruz”, incluso ahora en plena emergencia dijo que el trabajo de auxilio y apoyo no se trata de hacer “politiquería”, y en consecuencia se mostró responsable porque no pensó en ella sino en los miles de damnificados al aceptar y dar la bienvenida al apoyo que envió el gobernador de Nuevo León, Samuel García, sin fijarse en que es de Movimiento Ciudadano.

Así, el helicóptero de Protección Civil de ese estado aterrizó en la comunidad Oviedo, del municipio de Pánuco e inició de inmediato las labores de ayuda. A recibirlo estuvo la propia gobernadora. Fuentes que estuvieron en la recepción dijeron al columnista que  Rocío dispuso que la nave auxiliara de inmediato a damnificados de El Higo y Tempoal. No es menor la ayuda: 20 toneladas de víveres, que llegaron por tierra, equipo de rescate aéreo y terrestre: 20 rescatistas de Protección Civil estatal, 4 del municipio de Guadalupe y 5 de San Pedro Garza García,14 unidades de emergencia, que incluyen, además del helicóptero, camionetas pick up, lanchas, mulas y vehículos 4×4, además de personal del DIF Nuevo León de la Secretaría de Igualdad e Inclusión.

Eso, en Veracruz, solo era capaz de hacerlo Fidel Herrera Beltrán

Qué bueno que la gobernadora ignoró a quienes, con la cabeza hueca de su partido, en lugar de ayudarla dañan su imagen cuando pagan a gacetilleros a sueldo para que digan que la inundación y sus consecuencias prácticamente la causó ¡Movimiento Ciudadano!, y quisieran evitar que los militantes del partido naranja en el estado lleven y presten ayuda porque, esos sí, tienen una muy pobre visión politiquera. Ahora tiene que delegar y gobernar para todos ¿Cuánto tiempo más piensa estar en el norte? Ella es responsable de la situación, como primera autoridad que es, aunque quien la embarcó en el problema es su secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno Maldonado. Con su actitud de ponerse al frente de la situación en forma personal, expuesta incluso a las críticas, paliar algo la negligencia de su gobierno.

El problema, a mi juicio, hace aflorar de nuevo el error que ha venido cometiendo a lo largo de sus primeros once meses de administración, de gobernar en forma unipersonal sin permitir que ninguno de sus colaboradores actúe con y por iniciativa propia y que responda cada uno por lo que haga o deje de hacer; de llevar solo ella la voz cantante. Paga las consecuencias por el desgaste que sufre a causa de las críticas.

Ella actúa como General, pero también como soldado raso, cabo, sargento segundo, sargento primero, subteniente, teniente, capitán, capitán segundo, capitán, mayor, teniente coronel, coronel, General Brigadier, General de Brigada y General de División, o sea, quiere planear la batalla, dar las órdenes, disparar los misiles, cargar los lanzamisiles, entrar en combate de infantería y caballería, conducir el tanque de guerra, disparar la artillería antiaérea y el fuego aéreo, activar los drones con explosivos y los escudos anti drones, recoger a los heridos, tratar de curar a los heridos, tocar el clarín y el tambor de guerra, en fin, y eso en política no es posible, pero tampoco deseable ni práctico. En política, creo que como en ninguna otra actividad, trabajar en equipo es clave y decisivo para salir adelante.

La gobernadora, como tal, tiene su propia responsabilidad, pero, veo con preocupación que está convertida y reducida ahora a Secretaría de Protección Civil. Es cierto, la tragedia es mayor y hay que enfrentarla con todo y con toda decisión, pero para eso cada quien tiene que hacer su parte. ¿Para qué tiene una secretaria de Protección Civil si no sirve para nada y la propia gobernadora tiene que asumir su papel? Veracruz no solo es el norte, es mucho más y ella tiene que gobernar para todos. Sin descuidar lo que hagan, debe dejar trabajando a los secretarios y estar al pendiente de sus reportes.

Si así lo quiere, grabar desde su oficina un reporte diario por las noches para informar a los veracruzanos a través de las redes, pero debe dedicarse también a atender otros problemas, como la incontenible violencia, que en plena emergencia por las inundaciones causó la muerte del padre del alcalde de Coxquihui, una de las zonas afectadas.

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