Por Sofía Olvera
12 de septiembre del 2025, Kathmandú, Nepal. — Nepal se encuentra viviendo uno de los momentos más turbulentos de su historia; luego de que el primer ministro K.P. Sharma Oli presentara su renuncia el pasado 9 de septiembre tras una ola de protestas que sacudió el país durante más de una semana dejando al menos 19 muertos y cientos de heridos. Las manifestaciones, encabezadas principalmente por jóvenes y estudiantes, surgieron como respuesta a la sorpresiva decisión del gobierno de prohibir el uso de 26 redes sociales, incluidas Facebook, Instagram, WhatsApp, X, YouTube y TikTok, argumentando que las plataformas no cumplían con las regulaciones de registro impuestas por el Ministerio de Comunicación e Información y Tecnología. La medida fue vista por la población como un intento de censura y de silenciar la crítica social, lo que generó un rechazo inmediato y masivo.
Las protestas iniciaron en Katmandú, particularmente en el área de Maitighar Mandala y cerca del parlamento federal, lugar en el que miles de jóvenes —muchos de ellos todavía en uniforme escolar— salieron a las calles para exigir la restitución de las redes y la renuncia del primer ministro. A medida que los días pasaron, las manifestaciones se extendieron a otras ciudades importantes como Pokhara, Itahari y Birgunj, incrementando la presión sobre el gobierno. Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma y en algunos casos incluso munición real para dispersar a los manifestantes que buscaban tomar edificios oficiales. La violencia dejó escenas caóticas en varias partes de la capital, con ambulancias saturadas y hospitales operando de emergencia.
La presión social fue tan intensa que el gobierno levantó la prohibición de las redes sociales pocos días después, sin embargo, para ese momento las protestas ya habían escalado a un reclamo mucho mayor: la salida de Oli y el fin de lo que los manifestantes llamaron “un gobierno autoritario y desconectado de la realidad”. El 9 de septiembre, Oli presentó su renuncia, lo que fue recibido como una victoria por el movimiento que ha sido bautizado como la “Revolución Gen Z” por la gran participación de adolescentes y adultos jóvenes. Ese mismo día, el presidente Ram Chandra Poudel designó a Sushila Karki, expresidenta del Tribunal Supremo, como primera ministra interina, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo en la historia del país. Su nombramiento busca apaciguar la crisis y encaminar a Nepal hacia nuevas elecciones, aunque el descontento sigue latente.
Aunque el nombramiento de Sushila Karki como primera ministra interina fue bien recibido como un gesto de apertura, muchos de los manifestantes han expresado que su apoyo es solo temporal y que esperan la llegada de un liderazgo que represente verdaderamente a la juventud. En foros digitales y en las propias manifestaciones, se ha mencionado de forma recurrente el nombre de Gagan Thapa, exministro de Salud y actual legislador del Congreso Nepalí, a quien ven como una figura joven, reformista y con capacidad para impulsar políticas de transparencia y modernización. Otros sectores han pedido que el nuevo liderazgo surja de fuera de las élites políticas tradicionales, exigiendo incluso la posibilidad de que un líder estudiantil o activista social pueda postularse como primer ministro en las próximas elecciones. La consigna más repetida entre los manifestantes es que el próximo gobierno debe ser “por y para la nueva generación”.
De esto último, deriva que, entre los manifestantes, ha surgido un consenso considerable en torno a Balendra Shah —conocido como “Balen”— como la figura ideal para asumir el liderazgo del país tras la renuncia de K.P. Sharma Oli. Balen, alcalde de Katmandú, ingeniero estructural y rapero, ha ganado admiración por su postura anticorrupción, su independencia de los partidos tradicionales, su liderazgo urbano visible y su capacidad para conectar con los jóvenes a través de redes sociales y acciones concretas. Muchos de los jóvenes ven en él alguien que encarna los valores que reclaman: transparencia, justicia, cambio generacional real. Las redes sociales se han llenado de mensajes pidiendo que Balen Shah sea nombrado primer ministro interino, al considerarlo alguien capaz de construir un puente hacia reformas profundas mientras se prepara el terreno para elecciones libres.
Un elemento que ha llamado la atención internacional es la elección de un símbolo inusual de protesta: la bandera pirata de los Sombrero de Paja, emblema de la tripulación de One Piece, el popular anime japonés. Esta bandera, que representa a los protagonistas del manga y anime en su búsqueda de libertad y aventura, se convirtió en el estandarte de los manifestantes como una forma de expresar su deseo de romper las cadenas de un sistema que consideran opresivo. En las imágenes difundidas en redes se puede ver a jóvenes ondeando la bandera de calavera con sombrero de paja frente a las barricadas y coreando consignas de libertad, lo que ha generado que el movimiento gane simpatías entre comunidades otaku y de fans del anime en todo el mundo, quienes ven en la protesta nepalí una representación real de los ideales de lucha y justicia que inspiran la serie.
Actualmente, Nepal permanece bajo un estricto toque de queda en varias ciudades, mientras el ejército patrulla las calles para evitar nuevos enfrentamientos. Sin embargo, el movimiento no ha cesado por completo y algunos líderes juveniles han llamado a mantenerse vigilantes hasta que se garantice un calendario electoral claro y se atiendan otras demandas, como reformas en la educación y oportunidades laborales para la juventud. La situación sigue siendo delicada y los llamados a la reconciliación nacional se multiplican, con el propio presidente Poudel exhortando a poner fin al caos y buscar el diálogo como vía para restaurar la estabilidad. Para muchos analistas, esta crisis marca un punto de no retorno en la política nepalí y evidencia la fuerza de una nueva generación que no teme desafiar al poder, incluso si para ello debe inspirarse en símbolos culturales globales como el de One Piece.