Por Roberto López Barradas
La gran mayoría de los padres se preocupa porque sus hijos, desde muy temprana edad, sean educados y respetuosos, inculcándoles valores, principios, buenas costumbres, se les enseña a pedir las cosas por favor y a dar siempre las gracias, como una forma de mostrar respeto con los demás; he escuchado a algunas mamás y papás decirle a sus hijos que digan las palabras mágicas “gracias” y “por favor”, cada vez que quieran o pidan algo.
También hay un dicho popular que reza: en la forma de pedir, está la de dar, el cual es verdaderamente cierto, ya que aplicado en el día a día, en cualquier lugar, siempre funciona, ya que si nos dirigimos a las personas de manera amable, reaccionarán igual amablemente; por el contrario, si exigimos de mala manera, recibiremos una mala respuesta.
Ahora, como padres, mi esposa y yo nos hemos preocupado, de igual manera, porque nuestros hijos también demuestren educación, respeto y buenos modales, hacía todas las personas; y yo de manera particular, siempre les comento que la amabilidad y la gentileza son las llaves del mundo, que hay que tratar a la gente con mucha cordialidad, respeto y empatía, porque haciéndolo de esa forma, las personas les devolverán la cortesía y recibirán un buen trato.
Una de las cualidades más significativas de una persona, es ser amable y gentil. Benjamín Franklin, decía: sé amable con todos, sociable con muchos, íntimo con pocos, amigo de uno y enemigo de nadie”. En mi caso, ha sido un reto constante, y un hábito, el ser una persona sociable, me gusta hacer amigos en todos los lugares a los que voy; también me ha gustado fomentar la amistad con todos mis compañeros de estudios y de trabajo, siempre tratando de brindar ayuda a quien lo necesita, lo cual me ha dejado gratas experiencias, muestras de afecto y cariño, al igual, que me ha permitido conservar muchas amistades.
He empezado la lectura del libro “Hábitos atómicos” del autor James Clear, y me encantó uno de sus comentarios: “Las personas reflejan la manera como te comportas con ellas. Entre más ayudas a los demás, más querrán ayudarte a ti. Ser un poco más amable en cada interacción con las personas, al paso del tiempo termina por convertirse en una amplia y duradera red de conexiones”.
Por último, te animo y te exhorto a que en todo momento trates de ser gentil y amable, con todas las personas, que siempre te dará gratos y reconfortantes resultados, abonando a la paz y concordia que hoy en día tanta falta hace. No recuerdo de quien fue la frase de: el reto del hombre es convivir; y si además de tu gentileza puedes ser amigable, sería genial. Dios nos exhorta de la misma forma en la primera carta de Pedro capítulo 3:7: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables”.