Por David Uscanga
20 de noviembre de 2024.- La inteligencia artificial (IA) sigue ganando terreno en diversas áreas de la actividad humana, y recientemente ha comenzado a integrarse en el ámbito de los museos. Un ejemplo innovador de esta aplicación es The Living Museum, una nueva plataforma lanzada en octubre que busca difundir el conocimiento histórico y arqueológico; desarrollada por el ingeniero independiente Jonathan Talmi, la herramienta utiliza IA para permitir que los usuarios interactúen con las piezas de la colección del Museo Británico, uno de los más importantes del mundo.
A lo largo de los últimos años, la inteligencia artificial ha sido efectiva en áreas como el comercio, la medicina, el reconocimiento facial y la traducción automática. Sin embargo, The Living Museum da un paso más allá al permitir a los usuarios “conversar” con algunas de las piezas más representativas del Museo Británico, utilizando procesamiento de lenguaje natural. A través de esta aplicación, los usuarios pueden interactuar con objetos tan icónicos como la Piedra Rosetta, que permitió descifrar los jeroglíficos egipcios, los relieves asirios, esculturas del Partenón, un moái de la Isla de Pascua y la cabeza colosal de Amenhotep III.
Lo más destacable de The Living Museum es su capacidad para mantener conversaciones precisas y fluidas sobre estos objetos históricos en varios idiomas como inglés, español, francés, alemán, e incluso italiano y catalán, aunque con una capacidad más limitada en estos dos últimos. Esta herramienta, que ofrece una experiencia interactiva única, hace que las colecciones de los museos sean más accesibles y atractivas para una audiencia global. Aunque no está asociada oficialmente con el Museo Británico, la plataforma abarca una impresionante cantidad de más de un millón de objetos de su colección.
Para el arqueólogo mexicano Omar Espinosa, The Living Museum representa una oportunidad interesante para que la inteligencia artificial se adentre en la arqueología y el mundo de los museos, campos donde su presencia ha sido limitada hasta ahora. “Este es un ejemplo llamativo, aunque hay aspectos que podrían ajustarse para ofrecer conversaciones más completas. A pesar de eso, esta plataforma es una propuesta innovadora que puede enriquecer la forma en que aprendemos sobre el patrimonio cultural”, comentó Espinosa.