Por Emiliano Nava
19 de octubre de 2024. La Joya , Ver.- La comunidad de La Joya, en Acajete, Veracruz, es un lugar donde la ganadería se mezcla con el día a día de la gente. Con los primeros rayos del sol, el campo despierta al pueblo con sus sonidos característicos. Ahí empieza la rutina: toca ordeñar a las vacas, una tarea que no solo da alimento, sino que también refleja el esfuerzo y dedicación de los campesinos. Hoy, conoceremos a las verdaderas protagonistas de esta historia: las vacas, que no solo son animales de trabajo, sino una parte fundamental de las familias en La Joya.
En este establo hay siete vacas, pero tres se roban el show por sus características únicas. Epifanía, que es la campeona de la leche, la que más produce. Todos en la comunidad la quieren, no solo por lo mucho que aporta económicamente, sino también por su carácter tranquilo y su pelaje marrón claro.
Luego está Estefany, la vaca más relajada del grupo. Su calma hace que el proceso de ordeña sea un momento tranquilo y agradable para el ganadero. Con su pelaje negro y blanco, su docilidad es tal que facilita el trabajo sin estrés, y su presencia aporta serenidad a todo el establo.
Por otro lado, tenemos a Ivanna, que es todo lo contrario: la más inquieta y revoltosa del grupo. Ivanna siempre está desafiando a los ordeñadores con su energía y movimientos rápidos. Su pelaje atigrado y mirada traviesa la hacen única, y aunque a veces causa caos, también añade un toque divertido al día a día.
Como ya dijimos, la rutina de ordeña comienza a las 7:00 am y se repite a las 4:30 pm. Cada sesión requiere bastante paciencia y destreza. Los que ordeñan, la mayoría son familiares, trabajan en equipo, cada uno con su rol bien definido. La relación entre ellos y las vacas es de confianza y respeto.
Durante la ordeña, el aroma del campo y los sonidos de las vacas se mezclan con la frescura de la mañana. Los ganaderos, con sus manos expertas, hacen el trabajo con cuidado, asegurándose de que cada vaca esté bien atendida. El ambiente es familiar, lleno de risas y charlas, y todo el proceso se siente más como una celebración de la vida en el campo que como una simple tarea.
Por la tarde, a las 4:30 pm, vuelve a comenzar el ciclo de ordeña, pero ahora bajo la luz dorada del atardecer. Aunque el trabajo es duro, el sentido de comunidad y la conexión con la tierra hacen que todo esfuerzo valga la pena. La Joya cobra vida con cada gesto, cada movimiento y cada rayo de sol que se cuela en el horizonte.
Al final, la ordeña en La Joya no es solo sobre obtener leche; es una muestra de cultura, esfuerzo y amor por la tierra. Epifanía, Estefany e Ivanna, junto a sus compañeras, no son solo animales de trabajo; son parte de una historia llena de tradiciones y valores que siguen vivos con cada nueva ordeña. La Joya sigue nutriendo a sus habitantes y manteniendo sus costumbres con cada gota de leche.