Por Darío Pale
A pesar de que la tradición del Niño Perdido, tiene un origen religioso y se festeja con mayor antigüedad en el norte de nuestro estado, cada 7 de diciembre se colocan velitas en Xalapa, desde el parque Juárez, bajando por el paseo de Los Lagos, hacia el parque de Los Berros, así como el María Enriqueta y el parque Bicentenario.
En Xalapa este año se cumplen 30 años de colocar velitas para el Niño Perdido y aunque no es algo que lleven a cabo los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, también se suman y colocan imágenes de sus seres amados, explicó Idalia Cruz.
En su mayoría son personas de la comunidad huasteca que habita en esta capital las que llevan a cabo esta tradición y quienes colocan velas en dicha trayectoria.
“Está basado en un pasaje bíblico de cuando el Niño Jesús se pierde y le colocan antorchas para que el encuentre el camino de regreso.
También hay una leyenda prehispánica en donde dos pueblos entran en batalla y el Dios los castiga y para salir de la oscuridad se colocan antorchas. Ambas versan sobre la misma idea”, subrayó Idalia Cruz.
Dijo que independienteme de la religión que profese cada persona, el objetivo de colocar las velitas es que se preserve la tradición y la conozcan las generaciones más jóvenes.