Por Hannia Pérez Lagunes

En las zonas rurales, las principales actividades económicas son la agricultura y la ganadería. Las familias tienen terrenos donde siembran alimentos que pueden ser para consumo propio o para venta en el mismo pueblo o en los alrededores.

La comunidad de Buena Vista, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, Veracruz, es un claro ejemplo de lo dicho anteriormente, pues desde sus principios, en 1890, ha sido una comunidad agrícola y ganadera. Frijol, papaya, nopales, chile, mango, guayaba, maracuyá, guanábana, son sólo algunos de los productos que aquí se cultivan.

 

 

 

 

 

 

Es en esta localidad se encuentra la finca “La Tejería”, a cargo del ingeniero en agronomía Bruno Pérez Acosta, quien durante los últimos años se ha dedicado a la agricultura orgánica y la ha puesto en práctica en sus cultivos, obteniendo grandes resultados, convirtiéndose además en el mayor productor de guanábana de aquí.

La agricultura orgánica es relevante en la actualidad, ya que el uso desmedido de los agroquímicos ha venido a impactar de distintas maneras la calidad del suelo, su uso indiscriminado influye en la reducción de la fertilidad del suelo.

Este tipo de agricultura tiene amplios beneficios, tales como que usa unidades de producción y tecnologías más pequeñas y de bajo costo, sistemas de producción localmente adaptables, múltiplos de cultivos en rotaciones complementarios, policultivos, base genética amplia, variedades adaptables, buena protección de cultivos, baja dependencia tecnológica y recursos externos, producción mantenida mediante el desarrollo de un suelo sano y genera alimentos mínimamente o no procesados y naturalmente nutritivos (Ortigoza, 2010).

            

El presente fotorreportaje retrata el proceso y algunas de las técnicas de cultivo que practica la familia Pérez Lagunes para los frutos, especialmente en la guanábana. Se retrata desde el botón floral hasta el empaquetado de la pulpa de guanábana.

Como persona preocupada por el mundo y el medio ambiente, el objetivo es el de llegar a través de la cámara a diversos públicos para influenciar de una manera positiva en el pensamiento ecológico de las personas de la región y alrededores; para que viendo las imágenes del proceso de cultivo se siembre en el espectador las ganas de adquirir conocimientos nuevos y consciencia sobre el medio ambiente y los cultivos orgánicos.

       

La naturaleza es bella por sí misma y el objetivo detrás de la cámara y frente a ellas es aprovecharla de la mejor manera posible. Frente a ella se muestra un ambiente que cuida a su cultivo y que además conserva un contexto familiar unido que a la vista promueve el trabajo en equipo, y detrás de cámaras se busca resaltar cada uno de estos elementos.

 

También te puede interesar

​Declaran a los Reyes y Nanchital como municipios con vocación turística

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *