Por Mariel Ceballos
Durante el último concierto de música clásica en el Lincoln Center de Nueva York, algunos asistentes al evento utilizaron chalecos inalámbricos con 24 puntos de vibración que “traducían” la música que tocaba la orquesta.
El objetivo de este proyecto es que, las personas con problemas de audición puedan vivir la experiencia de la música sin necesidad de oírla, esto junto con bandas en las muñecas o en los tobillos para permitir una experiencia corporal completa, creando variedad de sensaciones que reproduzcan las sensaciones que la música les puede llegar a provocar.
Esta es una de las diferentes maneras en como las personas con problemas auditivos puedan disfrutar de la música en vivo, como poner las manos en los altavoces o sujetar un globo para sentir las vibraciones en las yemas de los dedos. Los violines reverberan en la caja torácica, el violonchelo y el bajo se sentirán un poco más abajo, las trompetas en los hombros y, en otras ocasiones, los solistas en las muñecas.