El presidente Vladimir Putin anunció este miércoles la primera acción orquestada por parte de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, advirtiendo a Occidente por “chantaje nuclear” provocativo, por el que su nación respondería con toda su artillería.
“Si la integridad territorial de nuestro país se ve amenazada, utilizaremos todos los medios disponibles para proteger a nuestro pueblo; esto no es un farol”, dijo Putin en un discurso televisado a la nación, añadiendo que Rusia tenía “muchas armas para responder”.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que la movilización parcial conllevará la convocatoria de 300 mil voluntarios para la Fuerza Armada y que se impondrá en aquellos que ya cuenten con experiencia militar. Además, reconoció que 5 mil 397 soldados rusos han muerto desde el inicio del conflicto.
De acuerdo al funcionario, se les dará formación especial antes de ser desplegados en Ucrania y que excluirán a los estudiantes o a los que solo habían pasado por el servicio militar.
Shoigu apuntó que esta movilización ayudará Rusia a “consolidar” los territorios que mantiene detrás de una línea de frente de mil kilómetros en Ucrania.
La movilización parcial de Putin intensifica significativamente el conflicto sobre Ucrania y se produce en un momento en el que Rusia se enfrenta a una contraofensiva ucraniana que ha obligado a sus tropas a retirarse y a entregar parte del territorio ocupado.
Putin expresó que la movilización militar parcial de sus dos millones de reservistas es para salvaguardar a Rusia y sus tierras, argumentando que Occidente no quería la paz en Ucrania.
Declaró que Washington, Londres y Bruselas estaban presionando a su nación para que “transfiriera las operaciones militares a nuestro territorio” con la finalidad de “saquear completamente nuestro país”.
“También se ha utilizado el chantaje nuclear”, dijo Putin, refiriendo la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la mayor de Europa. Tanto Rusia como Ucrania se han acusado mutuamente de poner en peligro la central en los combates.
Antes del discurso de Putin, los dirigentes mundiales reunidos en las Naciones Unidas en Nueva York denunciaron la invasión rusa de Ucrania y los planes para que cuatro regiones ocupadas celebren referendos sobre la adhesión a Rusia en los próximos días.
En un movimiento aparentemente coordinado, autoridades prorrusas anunciaron referendos para el 23-27 de septiembre en las provincias de Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, que representan alrededor del 15% del territorio ucraniano.
Rusia ya considera que Luhansk y Donetsk, que juntas forman la región del Dombás que Moscú ocupó parcialmente en 2014, son Estados independientes. Ucrania y Occidente consideran que todas las partes de Ucrania en poder de las fuerzas rusas están ocupadas ilegalmente.
Rusia tiene ahora cerca del 60% de Donetsk y había capturado casi toda Luhansk en julio, tras lentos avances durante meses de intensos combates.
Estos logros están ahora amenazados después que las fuerzas rusas fueran expulsadas de la vecina provincia de Járkov este mes, perdiendo el control de sus principales líneas de suministro para gran parte del frente de Donetsk y Luhansk.